“Delante de las canas te levantarás, honrarás el rostro del anciano, de tu Dios tendrás temor. Yo Jehová”
— Levítico 19:32
“No dejaréis que su cuerpo pase la noche sobre el madero; sin falta lo enterrarás el mismo día, porque maldito por Dios es el colgado; no contaminarás tu tierra que Jehová tu Dios te da por heredad”
— Deuteronomio 21:23
“Mejor es ir a la casa del luto que a la casa del banquete; porque aquello es el fin de todos los hombres, el que vive lo pondrá en su corazón”
— Eclesiastés 7:2
“Porque yo sé que me conduces a la muerteY a la casa determinada a todo viviente”
— Job 30:23
“Aunque ande en valle de sombra de muerteNo temeré mal alguno, porque tú estarás conmigoTu vara tu cayado me infundirán aliento”
— Salmos 23:4
“Pero Dios redimirá mi vida del poder del SeolPorque él me tomará consigo. Selah”
— Salmos 49:15
“Estimada es a los ojos de JehováLa muerte de sus santos”
— Salmos 116:15
“Los que sembraron con lágrimas, con regocijo segarán”
— Salmos 126:5
“Destruirá a la muerte para siempre; enjugará Jehová el Señor toda lágrima de todos los rostros; quitará la afrenta de su pueblo de toda la tierra; porque Jehová lo ha dicho”
— Isaías 25:8
“Porque el Seol no te exaltará, ni te alabará la muerte; ni los que descienden al sepulcro esperarán tu verdad. El que vive, el que vive, este te dará alabanza, como yo hoy; el padre hará notoria tu verdad a los hijos”
— Isaías 38:18-19
“Acuérdate de mi aflicción de mi abatimiento, del ajenjo de la hielLo tendré aún en memoria, porque mi alma está abatida dentro de mí”
— Lamentaciones 3:19-20
“Muchos de los que duermen en el polvo de la tierra serán despertados, unos para vida eterna, otros para vergüenza confusión perpetua”
— Daniel 12:2
“Jesús le dijo: Sígueme; deja que los muertos entierren a sus muertos”
— Mateo 8:22
“Les dijo: Apartaos, porque la niña no está muerta, sino duerme. se burlaban de él”
— Mateo 9:24
“Tú, Capernaum, que eres levantada hasta el cielo, hasta el Hades serás abatida; porque si en Sodoma se hubieran hecho los milagros que han sido hechos en ti, habría permanecido hasta el día de hoy”
— Mateo 11:23
“Se abrieron los sepulcros, muchos cuerpos de santos que habían dormido, se levantaron; saliendo de los sepulcros, después de la resurrección de él, vinieron a la santa ciudad, aparecieron a muchos”
— Mateo 27:52-53
“Entrando, les dijo: ¿Por qué alborotáis lloráis? La niña no está muerta, sino duerme”
— Marcos 5:39
“Había un hombre rico, que se vestía de púrpura de lino fino, hacía cada día banquete con esplendidez. Había también un mendigo llamado Lázaro, que estaba echado a la puerta de aquel, lleno de llagas, ansiaba saciarse de las migajas que caían de la mesa del rico; aun los perros venían le lamían las llagas. Aconteció que murió el mendigo, fue llevado por los ángeles al seno de Abraham; murió también el rico, fue sepultado. en el Hades alzó sus ojos, estando en tormentos, vio de lejos a Abraham, a Lázaro en su seno. Entonces él, dando voces, dijo: Padre Abraham, ten misericordia de mí, envía a Lázaro para que moje la punta de su dedo en agua, refresque mi lengua; porque estoy atormentado en esta llama. Pero Abraham le dijo: Hijo, acuérdate que recibiste tus bienes en tu vida, Lázaro también males; pero ahora este es consolado aquí, tú atormentado. Además de todo esto, una gran sima está puesta entre nosotros vosotros, de manera que los que quisieren pasar de aquí a vosotros, no pueden, ni de allá pasar acá. Entonces le dijo: Te ruego, pues, padre, que le envíes a la casa de mi padre, porque tengo cinco hermanos, para que les testifique, a fin de que no vengan ellos también a este lugar de tormento. Abraham le dijo: A Moisés a los profetas tienen; óiganlos. Él entonces dijo: No, padre Abraham; pero si alguno fuere a ellos de entre los muertos, se arrepentirán. Mas Abraham le dijo: Si no oyen a Moisés a los profetas, tampoco se persuadirán aunque alguno se levantare de los muertos”
— Lucas 16:19-31
“Le dijo Jesús: Yo soy la resurrección la vida; el que cree en mí, aunque esté muerto, vivirá. todo aquel que vive cree en mí, no morirá eternamente. ¿Crees esto?”
— Juan 11:25-26
“Apedreaban a Esteban, mientras él invocaba decía: Señor Jesús, recibe mi espíritu. puesto de rodillas, clamó a gran voz: Señor, no les tomes en cuenta este pecado. habiendo dicho esto, durmió”
— Hechos 7:59-60
“Por lo cual estoy seguro de que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni potestades, ni lo presente, ni lo por venir, ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios, que es en Cristo Jesús Señor nuestro”
— Romanos 8:38-39
“Porque así como en Adán todos mueren, también en Cristo todos serán vivificados”
— 1 Corintios 15:22
“Pero confiamos, más quisiéramos estar ausentes del cuerpo, presentes al Señor”
— 2 Corintios 5:8
“Porque para mí el vivir es Cristo, el morir es ganancia. Mas si el vivir en la carne resulta para mí en beneficio de la obra, no sé entonces qué escoger. Porque de ambas cosas estoy puesto en estrecho, teniendo deseo de partir estar con Cristo, lo cual es muchísimo mejor”
— Filipenses 1:21-23
“Tampoco queremos, hermanos, que ignoréis acerca de los que duermen, para que no os entristezcáis como los otros que no tienen esperanza”
— 1 Tesalonicenses 4:13
“Pero que ahora ha sido manifestada por la aparición de nuestro Salvador Jesucristo, el cual quitó la muerte sacó a luz la vida la inmortalidad por el evangelio”
— 2 Timoteo 1:10
“Por la fe Jacob, al morir, bendijo a cada uno de los hijos de José, adoró apoyado sobre el extremo de su bordón”
— Hebreos 11:21
“Porque como el cuerpo sin espíritu está muerto, así también la fe sin obras está muerta”
— Santiago 2:26
“Bendito el Dios Padre de nuestro Señor Jesucristo, que según su grande misericordia nos hizo renacer para una esperanza viva, por la resurrección de Jesucristo de los muertos, para una herencia incorruptible, incontaminada inmarcesible, reservada en los cielos para vosotros”
— 1 Pedro 1:3-4
“Porque por esto también ha sido predicado el evangelio a los muertos, para que sean juzgados en carne según los hombres, pero vivan en espíritu según Dios”
— 1 Pedro 4:6
“Oí una voz que desde el cielo me decía: Escribe: Bienaventurados de aquí en adelante los muertos que mueren en el Señor. Sí, dice el Espíritu, descansarán de sus trabajos, porque sus obras con ellos siguen”
— Apocalipsis 14:13
“El mar entregó los muertos que había en él; la muerte el Hades entregaron los muertos que había en ellos; fueron juzgados cada uno según sus obras”
— Apocalipsis 20:13
“Enjugará Dios toda lágrima de los ojos de ellos; ya no habrá muerte, ni habrá más llanto, ni clamor, ni dolor; porque las primeras cosas pasaron”
— Apocalipsis 21:4