“Yo conozco tus obras; he aquí, he puesto delante de ti una puerta abierta, la cual nadie puede cerrar; porque aunque tienes poca fuerza, has guardado mi palabra, no has negado mi nombre”
— Apocalipsis 3:8
“Yo soy la puerta; el que por mí entrare, será salvo; entrará, saldrá, hallará pastos”
— Juan 10:9
“Entrad por la puerta estrecha; porque ancha es la puerta, espacioso el camino que lleva a la perdición, muchos son los que entran por ella; porque estrecha es la puerta, angosto el camino que lleva a la vida, pocos son los que la hallan”
— Mateo 7:13-14
“Después de esto miré, he aquí una puerta abierta en el cielo; la primera voz que oí, como de trompeta, hablando conmigo, dijo: Sube acá, yo te mostraré las cosas que sucederán después de estas”
— Apocalipsis 4:1
“Jesús le dijo: Yo soy el camino, la verdad, la vida; nadie viene al Padre, sino por mí”
— Juan 14:6
“Abridme las puertas de la justiciaEntraré por ellas, alabaré a JAH”
— Salmos 118:19
“Bienaventurado el hombre que me escuchaVelando a mis puertas cada díaAguardando a los postes de mis puertas”
— Proverbios 8:34
“Pondré la llave de la casa de David sobre su hombro; abrirá, nadie cerrará; cerrará, nadie abrirá”
— Isaías 22:22
“Sus puertas nunca serán cerradas de día, pues allí no habrá noche”
— Apocalipsis 21:25
“Habiendo llegado, reunido a la iglesia, refirieron cuán grandes cosas había hecho Dios con ellos, cómo había abierto la puerta de la fe a los gentiles”
— Hechos 14:27
“Esforzaos a entrar por la puerta angosta; porque os digo que muchos procurarán entrar, no podrán”
— Lucas 13:24
“He aquí, yo estoy a la puerta llamo; si alguno oye mi voz abre la puerta, entraré a él, cenaré con él, él conmigo”
— Apocalipsis 3:20
“Si Jehová no edificare la casaEn vano trabajan los que la edificanSi Jehová no guardare la ciudadEn vano vela la guardia”
— Salmos 127:1
“Tus puertas estarán de continuo abiertas; no se cerrarán de día ni de noche, para que a ti sean traídas las riquezas de las naciones, conducidos a ti sus reyes”
— Isaías 60:11
“Le dijo entonces Pilato: ¿Luego, eres tú rey? Respondió Jesús: Tú dices que yo soy rey. Yo para esto he nacido, para esto he venido al mundo, para dar testimonio a la verdad. Todo aquel que es de la verdad, oye mi voz”
— Juan 18:37
“Sus puertas nunca serán cerradas de día, pues allí no habrá noche”
— Apocalipsis 21:25
“Pero mientras ellas iban a comprar, vino el esposo; las que estaban preparadas entraron con él a las bodas; se cerró la puerta”
— Mateo 25:10
“Escribe al ángel de la iglesia en Filadelfia: Esto dice el Santo, el Verdadero, el que tiene la llave de David, el que abre ninguno cierra, cierra ninguno abre”
— Apocalipsis 3:7
“Sin embargo, mandó a las nubes de arribaY abrió las puertas de los cielos”
— Salmos 78:23
“Volvió, pues, Jesús a decirles: De cierto, de cierto os digo: Yo soy la puerta de las ovejas”
— Juan 10:7
“Bienaventurados los que lavan sus ropas, para tener derecho al árbol de la vida, para entrar por las puertas en la ciudad”
— Apocalipsis 22:14
“Yo os digo: Pedid, se os dará; buscad, hallaréis; llamad, se os abrirá”
— Lucas 11:9
“Por el camino nuevo vivo que él nos abrió a través del velo, esto es, de su carne”
— Hebreos 10:20
“Entonces vi el cielo abierto; he aquí un caballo blanco, el que lo montaba se llamaba Fiel Verdadero, con justicia juzga pelea”
— Apocalipsis 19:11
“Cuando llegué a Troas para predicar el evangelio de Cristo, aunque se me abrió puerta en el Señor”
— 2 Corintios 2:12
“Dijo Josué a todo el pueblo: He aquí esta piedra nos servirá de testigo, porque ella ha oído todas las palabras que Jehová nos ha hablado; será, pues, testigo contra vosotros, para que no mintáis contra vuestro Dios”
— Josué 24:27
“Esta es puerta de JehováPor ella entrarán los justos”
— Salmos 118:20
“No entrará en ella ninguna cosa inmunda, o que hace abominación mentira, sino solamente los que están inscritos en el libro de la vida del Cordero”
— Apocalipsis 21:27
“Yo también te digo, que tú eres Pedro, sobre esta roca edificaré mi iglesia; las puertas del Hades no prevalecerán contra ella”
— Mateo 16:18
“Al que venciere, yo lo haré columna en el templo de mi Dios, nunca más saldrá de allí; escribiré sobre él el nombre de mi Dios, el nombre de la ciudad de mi Dios, la nueva Jerusalén, la cual desciende del cielo, de mi Dios, mi nombre nuevo”
— Apocalipsis 3:12
“Alzad, oh puertas, vuestras cabezasY alzaos vosotras, puertas eternasY entrará el Rey de gloria”
— Salmos 24:7
“Yo Juan vi la santa ciudad, la nueva Jerusalén, descender del cielo, de Dios, dispuesta como una esposa ataviada para su marido”
— Apocalipsis 21:2
“Abrid las puertas, entrará la gente justa, guardadora de verdades”
— Isaías 26:2
“El que venciere será vestido de vestiduras blancas; no borraré su nombre del libro de la vida, confesaré su nombre delante de mi Padre, delante de sus ángeles”
— Apocalipsis 3:5
“Orando también al mismo tiempo por nosotros, para que el Señor nos abra puerta para la palabra, a fin de dar a conocer el misterio de Cristo, por el cual también estoy preso”
— Colosenses 4:3
“Me dijo Jehová: Esta puerta estará cerrada; no se abrirá, ni entrará por ella hombre, porque Jehová Dios de Israel entró por ella; estará, por tanto, cerrada”
— Ezequiel 44:2
“El séptimo ángel derramó su copa por el aire; salió una gran voz del templo del cielo, del trono, diciendo: Hecho está”
— Apocalipsis 16:17
“He aquí vino un leproso se postró ante él, diciendo: Señor, si quieres, puedes limpiarme”
— Mateo 8:2
“Oí una gran voz del cielo que decía: He aquí el tabernáculo de Dios con los hombres, él morará con ellos; ellos serán su pueblo, Dios mismo estará con ellos como su Dios”
— Apocalipsis 21:3
“Lámpara es a mis pies tu palabraY lumbrera a mi camino”
— Salmos 119:105
“Otra vez Jesús les habló, diciendo: Yo soy la luz del mundo; el que me sigue, no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida”
— Juan 8:12
“Vi también a otro ángel que subía de donde sale el sol, tenía el sello del Dios vivo; clamó a gran voz a los cuatro ángeles, a quienes se les había dado el poder de hacer daño a la tierra al mar”
— Apocalipsis 7:2
“El templo de Dios fue abierto en el cielo, el arca de su pacto se veía en el templo. hubo relámpagos, voces, truenos, un terremoto grande granizo”
— Apocalipsis 11:19
“Estaban siempre en el templo, alabando bendiciendo a Dios. Amén”
— Lucas 24:53