“Ciñde fuerza sus lomosY esfuerza sus brazos”
— Proverbios 31:17
“Fuerza honor son su vestiduraY se ríde lo por venir”
— Proverbios 31:25
“Dadle del fruto de sus manosY alábenla en las puertas sus hechos”
— Proverbios 31:31
“A ser prudentes, castas, cuidadosas de su casa, buenas, sujetas a sus maridos, para que la palabra de Dios no sea blasfemada”
— Tito 2:5
“Que tenga testimonio de buenas obras; si ha criado hijos; si ha practicado la hospitalidad; si ha lavado los pies de los santos; si ha socorrido a los afligidos; si ha practicado toda buena obra”
— 1 Timoteo 5:10
“Ahora pues, no temas, hija mía; yo haré contigo lo que tú digas, pues toda la gente de mi pueblo sabe que eres mujer virtuosa”
— Rut 3:11
“Porque si callas absolutamente en este tiempo, respiro liberación vendrá de alguna otra parte para los judíos; mas tú la casa de tu padre pereceréis. ¿quién sabe si para esta hora has llegado al reino?”
— Ester 4:14
“Mujer virtuosa, ¿quién la hallará?Porque su estima sobrepasa largamente a la de las piedras preciosas”
— Proverbios 31:10
“Alarga su mano al pobreY extiende sus manos al menesteroso”
— Proverbios 31:20
“Abre su boca con sabiduríaY la ley de clemencia está en su lengua”
— Proverbios 31:26
“Algunas mujeres que habían sido sanadas de espíritus malos de enfermedades: María, que se llamaba Magdalena, de la que habían salido siete demonios, Juana, mujer de Chuza intendente de Herodes, Susana, otras muchas que le servían de sus bienes”
— Lucas 8:2-3
“Aconteció que yendo de camino, entró en una aldea; una mujer llamada Marta le recibió en su casa. Esta tenía una hermana que se llamaba María, la cual, sentándose a los pies de Jesús, oía su palabra. Pero Marta se preocupaba con muchos quehaceres, acercándose, dijo: Señor, ¿no te da cuidado que mi hermana me deje servir sola? Dile, pues, que me ayude. Respondiendo Jesús, le dijo: Marta, Marta, afanada turbada estás con muchas cosas. Pero solo una cosa es necesaria; María ha escogido la buena parte, la cual no le será quitada”
— Lucas 10:38-42
“Había entonces en Jope una discípula llamada Tabita, que traducido quiere decir, Dorcas. Esta abundaba en buenas obras en limosnas que hacía. aconteció que en aquellos días enfermó murió. Después de lavada, la pusieron en una sala. como Lida estaba cerca de Jope, los discípulos, oyendo que Pedro estaba allí, le enviaron dos hombres, a rogarle: No tardes en venir a nosotros. Levantándose entonces Pedro, fue con ellos; cuando llegó, le llevaron a la sala, donde le rodearon todas las viudas, llorando mostrando las túnicas los vestidos que Dorcas hacía cuando estaba con ellas. Entonces, sacando a todos, Pedro se puso de rodillas oró; volviéndose al cuerpo, dijo: Tabita, levántate. ella abrió los ojos, al ver a Pedro, se incorporó. él, dándole la mano, la levantó; entonces, llamando a los santos a las viudas, la presentó viva. Esto fue notorio en toda Jope, muchos creyeron en el Señor”
— Hechos 9:36-42
“Entonces una mujer llamada Lidia, vendedora de púrpura, de la ciudad de Tiatira, que adoraba a Dios, estaba oyendo; el Señor abrió el corazón de ella para que estuviese atenta a lo que Pablo decía. cuando fue bautizada, su familia, nos rogó diciendo: Si habéis juzgado que yo sea fiel al Señor, entrad en mi casa, posad. nos obligó a quedarnos”
— Hechos 16:14-15
“Mas Pablo, habiéndose detenido aún muchos días allí, después se despidió de los hermanos navegó a Siria, con él Priscila Aquila, habiéndose rapado la cabeza en Cencrea, porque tenía hecho voto”
— Hechos 18:18
“Este tenía cuatro hijas doncellas que profetizaban”
— Hechos 21:9
“Pero toda mujer que ora o profetiza con la cabeza descubierta, afrenta su cabeza; porque lo mismo es que si se hubiese rapado”
— 1 Corintios 11:5
“Hermanos, ya sabéis que la familia de Estéfanas es las primicias de Acaya, que ellos se han dedicado al servicio de los santos”
— 1 Corintios 16:15
“Asimismo te ruego también a ti, compañero fiel, que ayudes a estas que combatieron juntamente conmigo en el evangelio, con Clemente también los demás colaboradores míos, cuyos nombres están en el libro de la vida”
— Filipenses 4:3
“Os recomiendo además nuestra hermana Febe, la cual es diaconisa de la iglesia en Cencrea; que la recibáis en el Señor, como es digno de los santos, que la ayudéis en cualquier cosa en que necesite de vosotros; porque ella ha ayudado a muchos, a mí mismo”
— Romanos 16:1-2
“Asimismo que las mujeres se atavíen de ropa decorosa, con pudor modestia; no con peinado ostentoso, ni oro, ni perlas, ni vestidos costosos, sino con buenas obras, como corresponde a mujeres que profesan piedad”
— 1 Timoteo 2:9-10
“Vuestro atavío no sea el externo de peinados ostentosos, de adornos de oro o de vestidos lujosos, sino el interno, el del corazón, en el incorruptible ornato de un espíritu afable apacible, que es de grande estima delante de Dios”
— 1 Pedro 3:3-4
“Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas”
— Efesios 2:10
“El que hurtaba, no hurte más, sino trabaje, haciendo con sus manos lo que es bueno, para que tenga qué compartir con el que padece necesidad”
— Efesios 4:28
“Todo lo que hagáis, hacedlo de corazón, como para el Señor no para los hombres”
— Colosenses 3:23
“Ya no hay judío ni griego; no hay esclavo ni libre; no hay varón ni mujer; porque todos vosotros sois uno en Cristo Jesús”
— Gálatas 3:28
“Porque así como el cuerpo es uno, tiene muchos miembros, pero todos los miembros del cuerpo, siendo muchos, son un solo cuerpo, así también Cristo. Porque por un solo Espíritu fuimos todos bautizados en un cuerpo, sean judíos o griegos, sean esclavos o libres; a todos se nos dio a beber de un mismo EspírituAdemás, el cuerpo no es un solo miembro, sino muchos”
— 1 Corintios 12:12-14
“Vosotros, pues, sois el cuerpo de Cristo, miembros cada uno en particular”
— 1 Corintios 12:27
“Trayendo a la memoria la fe no fingida que hay en ti, la cual habitó primero en tu abuela Loida, en tu madre Eunice, estoy seguro que en ti también”
— 2 Timoteo 1:5
“Que desde la niñez has sabido las Sagradas Escrituras, las cuales te pueden hacer sabio para la salvación por la fe que es en Cristo Jesús”
— 2 Timoteo 3:15
“Hermanos míos, que vuestra fe en nuestro glorioso Señor Jesucristo sea sin acepción de personas. Porque si en vuestra congregación entra un hombre con anillo de oro con ropa espléndida, también entra un pobre con vestido andrajoso, miráis con agrado al que trae la ropa espléndida le decís: Siéntate tú aquí en buen lugar; decís al pobre: Estate tú allí en pie, o siéntate aquí bajo mi estrado; ¿no hacéis distinciones entre vosotros mismos, venís a ser jueces con malos pensamientos? Hermanos míos amados, oíd: ¿No ha elegido Dios a los pobres de este mundo, para que sean ricos en fe herederos del reino que ha prometido a los que le aman? Pero vosotros habéis afrentado al pobre. ¿No os oprimen los ricos, no son ellos los mismos que os arrastran a los tribunales? ¿No blasfeman ellos el buen nombre que fue invocado sobre vosotros?Si en verdad cumplís la ley real, conforme a la Escritura: Amarás a tu prójimo como a ti mismo, bien hacéis; pero si hacéis acepción de personas, cometéis pecado, quedáis convictos por la ley como transgresores”
— Santiago 2:1-9
“Pasado el día de reposo, al amanecer del primer día de la semana, vinieron María Magdalena la otra María, a ver el sepulcro. hubo un gran terremoto; porque un ángel del Señor, descendiendo del cielo llegando, removió la piedra, se sentó sobre ella. Su aspecto era como un relámpago, su vestido blanco como la nieve. de miedo de él los guardas temblaron se quedaron como muertos. Mas el ángel, respondiendo, dijo a las mujeres: No temáis vosotras; porque yo sé que buscáis a Jesús, el que fue crucificado. No está aquí, pues ha resucitado, como dijo. Venid, ved el lugar donde fue puesto el Señor. id pronto decid a sus discípulos que ha resucitado de los muertos, he aquí va delante de vosotros a Galilea; allí le veréis. He aquí, os lo he dicho. Entonces ellas, saliendo del sepulcro con temor gran gozo, fueron corriendo a dar las nuevas a sus discípulos. mientras iban a dar las nuevas a los discípulos, he aquí, Jesús les salió al encuentro, diciendo: ¡Salve! ellas, acercándose, abrazaron sus pies, le adoraron. Entonces Jesús les dijo: No temáis; id, dad las nuevas a mis hermanos, para que vayan a Galilea, allí me verán”
— Mateo 28:1-10
“También había algunas mujeres mirando de lejos, entre las cuales estaban María Magdalena, María la madre de Jacobo el menor de José, Salomé, quienes, cuando él estaba en Galilea, le seguían le servían; otras muchas que habían subido con él a Jerusalén”
— Marcos 15:40-41
“Estaban junto a la cruz de Jesús su madre, la hermana de su madre, María mujer de Cleofas, María Magdalena”
— Juan 19:25
“Le seguía gran multitud del pueblo, de mujeres que lloraban hacían lamentación por él. Pero Jesús, vuelto hacia ellas, les dijo: Hijas de Jerusalén, no lloréis por mí, sino llorad por vosotras mismas por vuestros hijos. Porque he aquí vendrán días en que dirán: Bienaventuradas las estériles, los vientres que no concibieron, los pechos que no criaron. Entonces comenzarán a decir a los montes: Caed sobre nosotros; a los collados: Cubridnos. Porque si en el árbol verde hacen estas cosas, ¿en el seco, qué no se hará?”
— Lucas 23:27-31
“María la profetisa, hermana de Aarón, tomó un pandero en su mano, todas las mujeres salieron en pos de ella con panderos danzas”
— Éxodo 15:20
“Gobernaba en aquel tiempo a Israel una mujer, Débora, profetisa, mujer de Lapidot”
— Jueces 4:4
“Alarga su mano al pobreY extiende sus manos al menesteroso”
— Proverbios 31:20
“Había criado a Hadasa, es decir, Ester, hija de su tío, porque era huérfana; la joven era de hermosa figura de buen parecer. Cuando su padre su madre murieron, Mardoqueo la adoptó como hija suya”
— Ester 2:7
“Entonces una mujer sabia dio voces en la ciudad, diciendo: Oíd, oíd; os ruego que digáis a Joab que venga acá, para que yo hable con él. Cuando él se acercó a ella, dijo la mujer: ¿Eres tú Joab? él respondió: Yo soy. Ella le dijo: Oye las palabras de tu sierva. él respondió: Oigo. Entonces volvió ella a hablar, diciendo: Antiguamente solían decir: Quien preguntare, pregunte en Abel; así concluían cualquier asunto. Yo soy de las pacíficas fieles de Israel; pero tú procuras destruir una ciudad que es madre en Israel. ¿Por qué destruyes la heredad de Jehová? Joab respondió diciendo: Nunca tal, nunca tal me acontezca, que yo destruya ni deshaga. La cosa no es así: mas un hombre del monte de Efraín, que se llama Seba hijo de Bicri, ha levantado su mano contra el rey David; entregad a ese solamente, me iré de la ciudad. la mujer dijo a Joab: He aquí su cabeza te será arrojada desde el muro. La mujer fue luego a todo el pueblo con su sabiduría; ellos cortaron la cabeza a Seba hijo de Bicri, se la arrojaron a Joab. él tocó la trompeta, se retiraron de la ciudad, cada uno a su tienda. Joab se volvió al rey a Jerusalén”
— 2 Samuel 20:16-22
“Aconteció también que un día pasaba Eliseo por Sunem; había allí una mujer importante, que le invitaba insistentemente a que comiese; cuando él pasaba por allí, venía a la casa de ella a comer. ella dijo a su marido: He aquí ahora, yo entiendo que este que siempre pasa por nuestra casa, es varón santo de Dios. Yo te ruego que hagamos un pequeño aposento de paredes, pongamos allí cama, mesa, silla candelero, para que cuando él viniere a nosotros, se quede en él”
— 2 Reyes 4:8-10
“Todo tiene su tiempo, todo lo que se quiere debajo del cielo tiene su hora”
— Eclesiastés 3:1
“A yegua de los carros de FaraónTe he comparado, amiga mía”
— Cantares 1:9
“Mi amado es mío, yo suyaÉl apacienta entre lirios”
— Cantares 2:16
“Prendiste mi corazón, hermana, esposa míaHas apresado mi corazón con uno de tus ojosCon una gargantilla de tu cuello”
— Cantares 4:9
“Pues como el joven se desposa con la virgen, se desposarán contigo tus hijos; como el gozo del esposo con la esposa, así se gozará contigo el Dios tuyo”
— Isaías 62:5
“Porque yo sé los pensamientos que tengo acerca de vosotros, dice Jehová, pensamientos de paz, no de mal, para daros el fin que esperáis”
— Jeremías 29:11
“Las calles de la ciudad estarán llenas de muchachos muchachas que jugarán en ellas”
— Zacarías 8:5
“Entonces los que temían a Jehová hablaron cada uno a su compañero; Jehová escuchó oyó, fue escrito libro de memoria delante de él para los que temen a Jehová, para los que piensan en su nombre”
— Malaquías 3:16
“En los postreros días, dice DiosDerramaré de mi Espíritu sobre toda carneY vuestros hijos vuestras hijas profetizaránVuestros jóvenes verán visionesY vuestros ancianos soñarán sueñosY de cierto sobre mis siervos sobre mis siervas en aquellos díasDerramaré de mi Espíritu, profetizarán”
— Hechos 2:17-18
“Después de esto derramaré mi Espíritu sobre toda carne, profetizarán vuestros hijos vuestras hijas; vuestros ancianos soñarán sueños, vuestros jóvenes verán visiones”
— Joel 2:28
“Porque está escritoRegocíjate, oh estéril, tú que no das a luzProrrumpe en júbilo clama, tú que no tienes dolores de partoPorque más son los hijos de la desolada, que de la que tiene marido”
— Gálatas 4:27
“Las ancianas asimismo sean reverentes en su porte; no calumniadoras, no esclavas del vino, maestras del bien; que enseñen a las mujeres jóvenes a amar a sus maridos a sus hijos, a ser prudentes, castas, cuidadosas de su casa, buenas, sujetas a sus maridos, para que la palabra de Dios no sea blasfemada”
— Tito 2:3-5
“Mas vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios, para que anunciéis las virtudes de aquel que os llamó de las tinieblas a su luz admirable”
— 1 Pedro 2:9
“Por la fe también la misma Sara, siendo estéril, recibió fuerza para concebir; dio a luz aun fuera del tiempo de la edad, porque creyó que era fiel quien lo había prometido”
— Hebreos 11:11
“El que halla esposa halla el bienY alcanza la benevolencia de Jehová”
— Proverbios 18:22
“Engañosa es la gracia, vana la hermosuraLa mujer que teme a Jehová, esa será alabada”
— Proverbios 31:30
“Bienaventurada la que creyó, porque se cumplirá lo que le fue dicho de parte del Señor”
— Lucas 1:45
“Entonces María dijoEngrandece mi alma al SeñorY mi espíritu se regocija en Dios mi SalvadorPorque ha mirado la bajeza de su siervaPues he aquí, desde ahora me dirán bienaventurada todas las generacionesPorque me ha hecho grandes cosas el PoderosoSanto es su nombreY su misericordia es de generación en generaciónA los que le temenHizo proezas con su brazoEsparció a los soberbios en el pensamiento de sus corazonesQuitó de los tronos a los poderososY exaltó a los humildesA los hambrientos colmó de bienesY a los ricos envió vacíosSocorrió a Israel su siervoAcordándose de la misericordiaDe la cual habló a nuestros padresPara con Abraham su descendencia para siempre”
— Lucas 1:46-55
“El niño crecía, se fortalecía en espíritu; estuvo en lugares desiertos hasta el día de su manifestación a Israel”
— Lucas 1:80
“Estaba también allí Ana, profetisa, hija de Fanuel, de la tribu de Aser, de edad muy avanzada, pues había vivido con su marido siete años desde su virginidad, era viuda hacía ochenta cuatro años; no se apartaba del templo, sirviendo de noche de día con ayunos oraciones. Esta, presentándose en la misma hora, daba gracias a Dios, hablaba del niño a todos los que esperaban la redención en Jerusalén”
— Lucas 2:36-38
“Aconteció después, que Jesús iba por todas las ciudades aldeas, predicando anunciando el evangelio del reino de Dios, los doce con él, algunas mujeres que habían sido sanadas de espíritus malos de enfermedades: María, que se llamaba Magdalena, de la que habían salido siete demonios, Juana, mujer de Chuza intendente de Herodes, Susana, otras muchas que le servían de sus bienes”
— Lucas 8:1-3
“Esta tenía una hermana que se llamaba María, la cual, sentándose a los pies de Jesús, oía su palabra. Pero Marta se preocupaba con muchos quehaceres, acercándose, dijo: Señor, ¿no te da cuidado que mi hermana me deje servir sola? Dile, pues, que me ayude. Respondiendo Jesús, le dijo: Marta, Marta, afanada turbada estás con muchas cosas. Pero solo una cosa es necesaria; María ha escogido la buena parte, la cual no le será quitada”
— Lucas 10:39-42
“Había entonces en Jope una discípula llamada Tabita, que traducido quiere decir, Dorcas. Esta abundaba en buenas obras en limosnas que hacía”
— Hechos 9:36
“Este tenía cuatro hijas doncellas que profetizaban”
— Hechos 21:9
“Saludad a María, la cual ha trabajado mucho entre vosotros”
— Romanos 16:6
“Ruego a Evodia a Síntique, que sean de un mismo sentir en el Señor”
— Filipenses 4:2
“Digo, pues, a los solteros a las viudas, que bueno les fuera quedarse como yo; pero si no tienen don de continencia, cásense, pues mejor es casarse que estarse quemando”
— 1 Corintios 7:8-9
“Pero en el Señor, ni el varón es sin la mujer, ni la mujer sin el varón”
— 1 Corintios 11:11
“Las mujeres asimismo sean honestas, no calumniadoras, sino sobrias, fieles en todo”
— 1 Timoteo 3:11
“Hospedaos los unos a los otros sin murmuraciones”
— 1 Pedro 4:9