“Otra parábola les refirió, diciendo: El reino de los cielos es semejante al grano de mostaza, que un hombre tomó sembró en su campo; el cual a la verdad es la más pequeña de todas las semillas; pero cuando ha crecido, es la mayor de las hortalizas, se hace árbol, de tal manera que vienen las aves del cielo hacen nidos en sus ramas”
— Mateo 13:31-32
“Decía también: ¿A qué haremos semejante el reino de Dios, o con qué parábola lo compararemos? Es como el grano de mostaza, que cuando se siembra en tierra, es la más pequeña de todas las semillas que hay en la tierra; pero después de sembrado, crece, se hace la mayor de todas las hortalizas, echa grandes ramas, de tal manera que las aves del cielo pueden morar bajo su sombra”
— Marcos 4:30-32
“Dijo: ¿A qué es semejante el reino de Dios, con qué lo compararé? Es semejante al grano de mostaza, que un hombre tomó sembró en su huerto; creció, se hizo árbol grande, las aves del cielo anidaron en sus ramas”
— Lucas 13:18-19
“Jesús les dijo: Por vuestra poca fe; porque de cierto os digo, que si tuviereis fe como un grano de mostaza, diréis a este monte: Pásate de aquí allá, se pasará; nada os será imposible”
— Mateo 17:20
“Porque de cierto os digo que cualquiera que dijere a este monte: Quítate échate en el mar, no dudare en su corazón, sino creyere que será hecho lo que dice, lo que diga le será hecho”
— Marcos 11:23
“Entonces el Señor dijo: Si tuvierais fe como un grano de mostaza, podríais decir a este sicómoro: Desarráigate, plántate en el mar; os obedecería”
— Lucas 17:6
“Respondiendo Jesús, les dijo: De cierto os digo, que si tuviereis fe, no dudareis, no solo haréis esto de la higuera, sino que si a este monte dijereis: Quítate échate en el mar, será hecho”
— Mateo 21:21
“Jesús le dijo: Si puedes creer, al que cree todo le es posible”
— Marcos 9:23
“Entonces el Señor dijo: Si tuvierais fe como un grano de mostaza, podríais decir a este sicómoro: Desarráigate, plántate en el mar; os obedecería”
— Lucas 17:6
“Otra parábola les dijo: El reino de los cielos es semejante a la levadura que tomó una mujer, escondió en tres medidas de harina, hasta que todo fue leudado”
— Mateo 13:33
“Volvió a decir: ¿A qué compararé el reino de Dios? Es semejante a la levadura, que una mujer tomó escondió en tres medidas de harina, hasta que todo hubo fermentado”
— Lucas 13:20-21
“Decía además: Así es el reino de Dios, como cuando un hombre echa semilla en la tierra; duerme se levanta, de noche de día, la semilla brota crece sin que él sepa cómo. Porque de suyo lleva fruto la tierra, primero hierba, luego espiga, después grano lleno en la espiga; cuando el fruto está maduro, en seguida se mete la hoz, porque la siega ha llegado”
— Marcos 4:26-29
“Jesús les dijo: Por vuestra poca fe; porque de cierto os digo, que si tuviereis fe como un grano de mostaza, diréis a este monte: Pásate de aquí allá, se pasará; nada os será imposible”
— Mateo 17:20
“Dijo: ¿A qué es semejante el reino de Dios, con qué lo compararé? Es semejante al grano de mostaza, que un hombre tomó sembró en su huerto; creció, se hizo árbol grande, las aves del cielo anidaron en sus ramas”
— Lucas 13:18-19
“Por tanto os digo, que el reino de Dios será quitado de vosotros, será dado a gente que produzca los frutos de él”
— Mateo 21:43
“También les dijo: ¿Acaso se trae la luz para ponerla debajo del almud, o debajo de la cama? ¿No es para ponerla en el candelero?”
— Marcos 4:21
“Nadie que enciende una luz la cubre con una vasija, ni la pone debajo de la cama, sino que la pone en un candelero para que los que entran vean la luz”
— Lucas 8:16
“Vosotros sois la luz del mundo; una ciudad asentada sobre un monte no se puede esconder”
— Mateo 5:14
“De cierto, de cierto os digo, que si el grano de trigo no cae en la tierra muere, queda solo; pero si muere, lleva mucho fruto”
— Juan 12:24
“Dijo: De cierto os digo, que si no os volvéis os hacéis como niños, no entraréis en el reino de los cielos”
— Mateo 18:3
“De cierto os digo, que el que no reciba el reino de Dios como un niño, no entrará en él”
— Marcos 10:15
“De cierto os digo, que el que no recibe el reino de Dios como un niño, no entrará en él”
— Lucas 18:17
“Todo esto habló Jesús por parábolas a la gente, sin parábolas no les hablaba”
— Mateo 13:34
“También les dijo: ¿Acaso se trae la luz para ponerla debajo del almud, o debajo de la cama? ¿No es para ponerla en el candelero?”
— Marcos 4:21
“Nadie que enciende una luz la cubre con una vasija, ni la pone debajo de la cama, sino que la pone en un candelero para que los que entran vean la luz”
— Lucas 8:16
“Les refirió otra parábola, diciendo: El reino de los cielos es semejante a un hombre que sembró buena semilla en su campo; pero mientras dormían los hombres, vino su enemigo sembró cizaña entre el trigo, se fue. cuando salió la hierba dio fruto, entonces apareció también la cizaña. Vinieron entonces los siervos del padre de familia le dijeron: Señor, ¿no sembraste buena semilla en tu campo? ¿De dónde, pues, tiene cizaña? Él les dijo: Un enemigo ha hecho esto. los siervos le dijeron: ¿Quieres, pues, que vayamos la arranquemos? Él les dijo: No, no sea que al arrancar la cizaña, arranquéis también con ella el trigo. Dejad crecer juntamente lo uno lo otro hasta la siega; al tiempo de la siega yo diré a los segadores: Recoged primero la cizaña, atadla en manojos para quemarla; pero recoged el trigo en mi granero”
— Mateo 13:24-30
“Además, el reino de los cielos es semejante a un tesoro escondido en un campo, el cual un hombre halla, lo esconde de nuevo; gozoso por ello va vende todo lo que tiene, compra aquel campoTambién el reino de los cielos es semejante a un mercader que busca buenas perlas, que habiendo hallado una perla preciosa, fue vendió todo lo que tenía, la compró”
— Mateo 13:44-46
“Oyendo ellos estas cosas, prosiguió Jesús dijo una parábola, por cuanto estaba cerca de Jerusalén, ellos pensaban que el reino de Dios se manifestaría inmediatamente. Dijo, pues: Un hombre noble se fue a un país lejano, para recibir un reino volver. llamando a diez siervos suyos, les dio diez minas, les dijo: Negociad entre tanto que vengo. Pero sus conciudadanos le aborrecían, enviaron tras él una embajada, diciendo: No queremos que este reine sobre nosotros. Aconteció que vuelto él, después de recibir el reino, mandó llamar ante él a aquellos siervos a los cuales había dado el dinero, para saber lo que había negociado cada uno. Vino el primero, diciendo: Señor, tu mina ha ganado diez minas. Él le dijo: Está bien, buen siervo; por cuanto en lo poco has sido fiel, tendrás autoridad sobre diez ciudades. Vino otro, diciendo: Señor, tu mina ha producido cinco minas. también a este dijo: Tú también sé sobre cinco ciudades. Vino otro, diciendo: Señor, aquí está tu mina, la cual he tenido guardada en un pañuelo; porque tuve miedo de ti, por cuanto eres hombre severo, que tomas lo que no pusiste, siegas lo que no sembraste. Entonces él le dijo: Mal siervo, por tu propia boca te juzgo. Sabías que yo era hombre severo, que tomo lo que no puse, que siego lo que no sembré; ¿por qué, pues, no pusiste mi dinero en el banco, para que al volver yo, lo hubiera recibido con los intereses? dijo a los que estaban presentes: Quitadle la mina, dadla al que tiene las diez minas. Ellos le dijeron: Señor, tiene diez minas. Pues yo os digo que a todo el que tiene, se le dará; mas al que no tiene, aun lo que tiene se le quitará. también a aquellos mis enemigos que no querían que yo reinase sobre ellos, traedlos acá, decapitadlos delante de mí”
— Lucas 19:11-27
“Porque al que tiene, le será dado, tendrá más; al que no tiene, aun lo que tiene le será quitado”
— Mateo 25:29
“El que es fiel en lo muy poco, también en lo más es fiel; el que en lo muy poco es injusto, también en lo más es injusto”
— Lucas 16:10
“Si la hierba del campo que hoy es, mañana se echa en el horno, Dios la viste así, ¿no hará mucho más a vosotros, hombres de poca fe?”
— Mateo 6:30
“Considerad los lirios, cómo crecen; no trabajan, ni hilan; mas os digo, que ni aun Salomón con toda su gloria se vistió como uno de ellos”
— Lucas 12:27
“¿No se venden dos pajarillos por un cuarto? Con todo, ni uno de ellos cae a tierra sin vuestro Padre. Pues aun vuestros cabellos están todos contados. Así que, no temáis; más valéis vosotros que muchos pajarillos”
— Mateo 10:29-31
“¿No se venden cinco pajarillos por dos cuartos? Con todo, ni uno de ellos está olvidado delante de Dios. Pues aun los cabellos de vuestra cabeza están todos contados. No temáis, pues; más valéis vosotros que muchos pajarillos”
— Lucas 12:6-7
“Así que, por sus frutos los conoceréis”
— Mateo 7:20
“Dijo: ¿A qué es semejante el reino de Dios, con qué lo compararé? Es semejante al grano de mostaza, que un hombre tomó sembró en su huerto; creció, se hizo árbol grande, las aves del cielo anidaron en sus ramas”
— Lucas 13:18-19
“De cierto, de cierto os digo, que si el grano de trigo no cae en la tierra muere, queda solo; pero si muere, lleva mucho fruto”
— Juan 12:24
“¿No se venden dos pajarillos por un cuarto? Con todo, ni uno de ellos cae a tierra sin vuestro Padre. Pues aun vuestros cabellos están todos contados. Así que, no temáis; más valéis vosotros que muchos pajarillos”
— Mateo 10:29-31
“Considerad los cuervos, que ni siembran, ni siegan; que ni tienen despensa, ni granero, Dios los alimenta. ¿No valéis vosotros mucho más que las aves?”
— Lucas 12:24
“Por tanto os digo, que el reino de Dios será quitado de vosotros, será dado a gente que produzca los frutos de él”
— Mateo 21:43
“Decía también: ¿A qué haremos semejante el reino de Dios, o con qué parábola lo compararemos? Es como el grano de mostaza, que cuando se siembra en tierra, es la más pequeña de todas las semillas que hay en la tierra; pero después de sembrado, crece, se hace la mayor de todas las hortalizas, echa grandes ramas, de tal manera que las aves del cielo pueden morar bajo su sombra”
— Marcos 4:30-32
“Dijo: ¿A qué es semejante el reino de Dios, con qué lo compararé? Es semejante al grano de mostaza, que un hombre tomó sembró en su huerto; creció, se hizo árbol grande, las aves del cielo anidaron en sus ramas”
— Lucas 13:18-19
“Les refirió otra parábola, diciendo: El reino de los cielos es semejante a un hombre que sembró buena semilla en su campo; pero mientras dormían los hombres, vino su enemigo sembró cizaña entre el trigo, se fue. cuando salió la hierba dio fruto, entonces apareció también la cizaña. Vinieron entonces los siervos del padre de familia le dijeron: Señor, ¿no sembraste buena semilla en tu campo? ¿De dónde, pues, tiene cizaña? Él les dijo: Un enemigo ha hecho esto. los siervos le dijeron: ¿Quieres, pues, que vayamos la arranquemos? Él les dijo: No, no sea que al arrancar la cizaña, arranquéis también con ella el trigo. Dejad crecer juntamente lo uno lo otro hasta la siega; al tiempo de la siega yo diré a los segadores: Recoged primero la cizaña, atadla en manojos para quemarla; pero recoged el trigo en mi granero”
— Mateo 13:24-30