“Les dijo: Venid en pos de mí, os haré pescadores de hombres”
— Mateo 4:19
“Él les dijo: Echad la red a la derecha de la barca, hallaréis. Entonces la echaron, ya no la podían sacar, por la gran cantidad de peces”
— Juan 21:6
“Cuando terminó de hablar, dijo a Simón: Boga mar adentro, echad vuestras redes para pescar. Respondiendo Simón, le dijo: Maestro, toda la noche hemos estado trabajando, nada hemos pescado; mas en tu palabra echaré la red. habiéndolo hecho, encerraron gran cantidad de peces, su red se rompía”
— Lucas 5:4-6
“Les dijo Jesús: Venid en pos de mí, haré que seáis pescadores de hombres”
— Marcos 1:17
“Los que descienden al mar en navesY hacen negocio en las muchas aguasEllos han visto las obras de Jehovásus maravillas en las profundidades”
— Salmos 107:23-24
“He aquí que yo envío muchos pescadores, dice Jehová, los pescarán, después enviaré muchos cazadores, los cazarán por todo monte por todo collado, por las cavernas de los peñascos”
— Jeremías 16:16
“Porque el hombre tampoco conoce su tiempo; como los peces que son presos en la mala red, como las aves que se enredan en lazo, así son enlazados los hijos de los hombres en el tiempo malo, cuando cae de repente sobre ellos”
— Eclesiastés 9:12
“Los pescadores también se entristecerán; harán duelo todos los que echan anzuelo en el río, desfallecerán los que extienden red sobre las aguas”
— Isaías 19:8
“Los marineros tuvieron miedo, cada uno clamaba a su dios; echaron al mar los enseres que había en la nave, para descargarla de ellos. Pero Jonás había bajado al interior de la nave, se había echado a dormir”
— Jonás 1:5
“Me he hecho débil a los débiles, para ganar a los débiles; a todos me he hecho de todo, para que de todos modos salve a algunos”
— 1 Corintios 9:22
“Vinieron a él le despertaron, diciendo: ¡Maestro, Maestro, que perecemos! Despertando él, reprendió al viento a las olas; cesaron, se hizo bonanza”
— Lucas 8:24
“Subió Simón Pedro, sacó la red a tierra, llena de grandes peces, ciento cincuenta tres; aun siendo tantos, la red no se rompió”
— Juan 21:11
“Bienaventurado el hombre que me escuchaVelando a mis puertas cada díaAguardando a los postes de mis puertas”
— Proverbios 8:34
“Gustad, ved que es bueno JehováDichoso el hombre que confía en él”
— Salmos 34:8
“Echando toda vuestra ansiedad sobre él, porque él tiene cuidado de vosotros”
— 1 Pedro 5:7
“Asimismo de Jacobo Juan, hijos de Zebedeo, que eran compañeros de Simón. Pero Jesús dijo a Simón: No temas; desde ahora serás pescador de hombres”
— Lucas 5:10
“Pero he aquí que yo la atraeré la llevaré al desierto, hablaré a su corazón”
— Oseas 2:14
“Asimismo el reino de los cielos es semejante a una red, que echada en el mar, recoge de toda clase de peces”
— Mateo 13:47
“Hizo salir a su pueblo como ovejasY los llevó por el desierto como un rebaño”
— Salmos 78:52
“La congoja en el corazón del hombre lo abateMas la buena palabra lo alegra”
— Proverbios 12:25
“Antes que clamen, responderé yo; mientras aún hablan, yo habré oído”
— Isaías 65:24
“Entonces tomó los cinco panes los dos peces, levantando los ojos al cielo, bendijo, partió los panes, dio a sus discípulos para que los pusiesen delante; repartió los dos peces entre todos. comieron todos, se saciaron”
— Marcos 6:41-42
“Entonces le dieron parte de un pez asado, un panal de miel. él lo tomó, comió delante de ellos”
— Lucas 24:42-43
“Tomó Jesús aquellos panes, habiendo dado gracias, los repartió entre los discípulos, los discípulos entre los que estaban recostados; asimismo de los peces, cuanto querían”
— Juan 6:11
“Ellos dijeron: No tenemos aquí sino cinco panes dos peces. Él les dijo: Traédmelos acá. Entonces mandó a la gente recostarse sobre la hierba; tomando los cinco panes los dos peces, levantando los ojos al cielo, bendijo, partió dio los panes a los discípulos, los discípulos a la multitud. comieron todos, se saciaron; recogieron lo que sobró de los pedazos, doce cestas llenas. los que comieron fueron como cinco mil hombres, sin contar las mujeres los niños”
— Mateo 14:17-21
“Entonces los marineros procuraron huir de la nave, echando el esquife al mar, aparentaban como que querían largar las anclas de proa. Pero Pablo dijo al centurión a los soldados: Si estos no permanecen en la nave, vosotros no podéis salvaros”
— Hechos 27:30-31
“Pedid a Jehová lluvia en la estación tardía. Jehová hará relámpagos, os dará lluvia abundante, hierba verde en el campo a cada uno”
— Zacarías 10:1
“El que da semilla al que siembra, pan al que come, proveerá multiplicará vuestra sementera, aumentará los frutos de vuestra justicia”
— 2 Corintios 9:10
“Los otros discípulos vinieron con la barca, arrastrando la red de peces, pues no distaban de tierra sino como doscientos codos”
— Juan 21:8
“Aconteció que mientras íbamos a la oración, nos salió al encuentro una muchacha que tenía espíritu de adivinación, la cual daba gran ganancia a sus amos, adivinando. Esta, siguiendo a Pablo a nosotros, daba voces, diciendo: Estos hombres son siervos del Dios Altísimo, quienes os anuncian el camino de salvación. esto lo hacía por muchos días; mas desagradando a Pablo, este se volvió dijo al espíritu: Te mando en el nombre de Jesucristo, que salgas de ella. salió en aquella misma hora”
— Hechos 16:16-18
“Cuando llegaron a Capernaum, vinieron a Pedro los que cobraban las dos dracmas, le dijeron: ¿Vuestro Maestro no paga las dos dracmas? Él dijo: Sí. al entrar él en casa, Jesús le habló primero, diciendo: ¿Qué te parece, Simón? Los reyes de la tierra, ¿de quiénes cobran los tributos o los impuestos? ¿De sus hijos, o de los extraños? Pedro le respondió: De los extraños. Jesús le dijo: Luego los hijos están exentos. Sin embargo, para no ofenderles, ve al mar, echa el anzuelo, el primer pez que saques, tómalo, al abrirle la boca, hallarás un estatero; tómalo, dáselo por mí por ti”
— Mateo 17:24-27
“Porque ¿cuál es nuestra esperanza, o gozo, o corona de que me glorí? ¿No lo sois vosotros, delante de nuestro Señor Jesucristo, en su venida?”
— 1 Tesalonicenses 2:19
“Los que sembraron con lágrimas, con regocijo segarán”
— Salmos 126:5
“Encomienda a Jehová tus obrasY tus pensamientos serán afirmados”
— Proverbios 16:3
“No me elegisteis vosotros a mí, sino que yo os elegí a vosotros, os he puesto para que vayáis llevéis fruto, vuestro fruto permanezca; para que todo lo que pidiereis al Padre en mi nombre, él os lo dé”
— Juan 15:16
“Estad quietos, conoced que yo soy DiosSeré exaltado entre las naciones; enaltecido seré en la tierra”
— Salmos 46:10
“Si alguno de vosotros tiene falta de sabiduría, pídala a Dios, el cual da a todos abundantemente sin reproche, le será dada”
— Santiago 1:5
“Sin embargo, para no ofenderles, ve al mar, echa el anzuelo, el primer pez que saques, tómalo, al abrirle la boca, hallarás un estatero; tómalo, dáselo por mí por ti”
— Mateo 17:27
“Asimismo de Jacobo Juan, hijos de Zebedeo, que eran compañeros de Simón. Pero Jesús dijo a Simón: No temas; desde ahora serás pescador de hombres”
— Lucas 5:10
“Así que, hermanos míos amados, estad firmes constantes, creciendo en la obra del Señor siempre, sabiendo que vuestro trabajo en el Señor no es en vano”
— 1 Corintios 15:58
“Todo lo que hagáis, hacedlo de corazón, como para el Señor no para los hombres”
— Colosenses 3:23
“Encomienda a Jehová tu caminoY confía en él; él hará”
— Salmos 37:5
“Fíate de Jehová de todo tu corazónY no te apoyes en tu propia prudenciaReconócelo en todos tus caminosY él enderezará tus veredas”
— Proverbios 3:5-6
“Mis ovejas oyen mi voz, yo las conozco, me siguen”
— Juan 10:27
“Asimismo el reino de los cielos es semejante a una red, que echada en el mar, recoge de toda clase de peces; una vez llena, la sacan a la orilla; sentados, recogen lo bueno en cestas, lo malo echan fuera”
— Mateo 13:47-48
“Otra vez comenzó Jesús a enseñar junto al mar, se reunió alrededor de él mucha gente, tanto que entrando en una barca, se sentó en ella en el mar; toda la gente estaba en tierra junto al mar. les enseñaba por parábolas muchas cosas, les decía en su doctrina: Oíd: He aquí, el sembrador salió a sembrar; al sembrar, aconteció que una parte cayó junto al camino, vinieron las aves del cielo la comieron. Otra parte cayó en pedregales, donde no tenía mucha tierra; brotó pronto, porque no tenía profundidad de tierra. Pero salido el sol, se quemó; porque no tenía raíz, se secó. Otra parte cayó entre espinos; los espinos crecieron la ahogaron, no dio fruto. Pero otra parte cayó en buena tierra, dio fruto, pues brotó creció, produjo a treinta, a sesenta, a ciento por uno. Entonces les dijo: El que tiene oídos para oír, oigaCuando estuvo solo, los que estaban cerca de él con los doce le preguntaron sobre la parábola. les dijo: A vosotros os es dado saber el misterio del reino de Dios; mas a los que están fuera, por parábolas todas las cosas; para que viendo, vean no perciban; oyendo, oigan no entiendan; para que no se conviertan, les sean perdonados los pecados. les dijo: ¿No sabéis esta parábola? ¿Cómo, pues, entenderéis todas las parábolas? El sembrador es el que siembra la palabra. estos son los de junto al camino: en quienes se siembra la palabra, pero después que la oyen, en seguida viene Satanás, quita la palabra que se sembró en sus corazones. Estos son asimismo los que fueron sembrados en pedregales: los que cuando han oído la palabra, al momento la reciben con gozo; pero no tienen raíz en sí, sino que son de corta duración, porque cuando viene la tribulación o la persecución por causa de la palabra, luego tropiezan. Estos son los que fueron sembrados entre espinos: los que oyen la palabra, pero los afanes de este siglo, el engaño de las riquezas, las codicias de otras cosas, entran ahogan la palabra, se hace infructuosa. estos son los que fueron sembrados en buena tierra: los que oyen la palabra la reciben, dan fruto a treinta, a sesenta, a ciento por uno”
— Marcos 4:1-20
“Respondiendo Simón, le dijo: Maestro, toda la noche hemos estado trabajando, nada hemos pescado; mas en tu palabra echaré la red. habiéndolo hecho, encerraron gran cantidad de peces, su red se rompía. Entonces hicieron señas a los compañeros que estaban en la otra barca, para que viniesen a ayudarles; vinieron, llenaron ambas barcas, de tal manera que se hundían”
— Lucas 5:5-7
“Entonces aquel discípulo a quien Jesús amaba dijo a Pedro: ¡Es el Señor! Simón Pedro, cuando oyó que era el Señor, se ciñó la ropa (porque se había despojado de ella), se echó al mar”
— Juan 21:7
“Por la fe pasaron el Mar Rojo como por tierra seca; intentando los egipcios hacer lo mismo, fueron ahogados”
— Hebreos 11:29
“Del templo salió otro ángel, clamando a gran voz al que estaba sentado sobre la nube: Mete tu hoz, siega; porque la hora de segar ha llegado, pues la mies de la tierra está madura”
— Apocalipsis 14:15