“Como aquel a quien consuela su madre, así os consolaré yo a vosotros, en Jerusalén tomaréis consuelo”
— Isaías 66:13
“De la Roca que te creó te olvidasteTe has olvidado de Dios tu creador”
— Deuteronomio 32:18
“Pero tú eres el que me sacó del vientreEl que me hizo estar confiado desde que estaba a los pechos de mi madreSobre ti fui echado desde antes de nacerDesde el vientre de mi madre, tú eres mi Dios”
— Salmos 22:9-10
“En verdad que me he comportado he acallado mi almaComo un niño destetado de su madreComo un niño destetado está mi alma”
— Salmos 131:2
“¿Se olvidará la mujer de lo que dio a luz, para dejar de compadecerse del hijo de su vientre? Aunque olvide ella, yo nunca me olvidaré de ti”
— Isaías 49:15
“Porque así dice Jehová: He aquí que yo extiendo sobre ella paz como un río, la gloria de las naciones como torrente que se desborda; mamaréis, en los brazos seréis traídos, sobre las rodillas seréis mimados. Como aquel a quien consuela su madre, así os consolaré yo a vosotros, en Jerusalén tomaréis consuelo”
— Isaías 66:12-13
“Mientras él decía estas cosas, una mujer de entre la multitud levantó la voz le dijo: Bienaventurado el vientre que te trajo, los senos que mamaste. él dijo: Antes bienaventurados los que oyen la palabra de Dios, la guardan”
— Lucas 11:27-28
“Hijitos míos, por quienes vuelvo a sufrir dolores de parto, hasta que Cristo sea formado en vosotros”
— Gálatas 4:19
“Antes fuimos tiernos entre vosotros, como la nodriza que cuida con ternura a sus propios hijos”
— 1 Tesalonicenses 2:7
“Él respondió: Viviendo aún el niño, yo ayunaba lloraba, diciendo: ¿Quién sabe si Dios tendrá compasión de mí, vivirá el niño? Mas ahora que ha muerto, ¿para qué he de ayunar? ¿Podré yo hacerle volver? Yo voy a él, mas él no volverá a mí”
— 2 Samuel 12:22-23
“Entonces su hermana dijo a la hija de Faraón: ¿Iré a llamarte una nodriza de las hebreas, para que te críeste niño? la hija de Faraón respondió: Ve. Entonces fue la doncella, llamó a la madre del niño, a la cual dijo la hija de Faraón: Lleva a este niño críamelo, yo te lo pagaré. la mujer tomó al niño lo crio”
— Éxodo 2:7-9
“Entonces Faraón mandó a todo su pueblo, diciendo: Echad al río a todo hijo que nazca, a toda hija preservad la vida”
— Éxodo 1:22
“Todo lo que no tuviere aletas escamas en las aguas, lo tendréis en abominación”
— Levítico 11:12
“¿Concebí yo a todo este pueblo? ¿Lo engendré yo, para que me digas: Llévalo en tu seno, como lleva la que cría al que mama, a la tierra de la cual juraste a sus padres?”
— Números 11:12
“Por cuanto no cerró las puertas del vientre donde yo estabaNi escondió de mis ojos la miseria”
— Job 3:10
“Aunque mi padre mi madre me dejaranCon todo, Jehová me recogerá”
— Salmos 27:10
“En verdad que me he comportado he acallado mi almaComo un niño destetado de su madreComo un niño destetado está mi alma”
— Salmos 131:2
“¿Se olvidará la mujer de lo que dio a luz, para dejar de compadecerse del hijo de su vientre? Aunque olvide ella, yo nunca me olvidaré de ti”
— Isaías 49:15
“Como aquel a quien consuela su madre, así os consolaré yo a vosotros, en Jerusalén tomaréis consuelo”
— Isaías 66:13
“Tomándolos en los brazos, poniendo las manos sobre ellos, los bendecía”
— Marcos 10:16
“¡Jerusalén, Jerusalén, que matas a los profetas, apedreas a los que te son enviados! ¡Cuántas veces quise juntar a tus hijos, como la gallina junta sus polluelos debajo de las alas, no quisiste”
— Mateo 23:37
“Le dijeron: ¿Oyes lo que estos dicen? Jesús les dijo: Sí; ¿nunca leísteisDe la boca de los niños de los que mamanPerfeccionaste la alabanza?”
— Mateo 21:16
“Levantándose, vino a su padre. cuando aún estaba lejos, lo vio su padre, fue movido a misericordia, corrió, se echó sobre su cuello, le besó”
— Lucas 15:20
“Después dijo al discípulo: He ahí tu madre. desde aquella hora el discípulo la recibió en su casa”
— Juan 19:27
“Pues no habéis recibido el espíritu de esclavitud para estar otra vez en temor, sino que habéis recibido el espíritu de adopción, por el cual clamamos: ¡Abba, Padre”
— Romanos 8:15
“Saludad a Rufo, escogido en el Señor, a su madre mía”
— Romanos 16:13
“No escribo esto para avergonzaros, sino para amonestaros como a hijos míos amados. Porque aunque tengáis diez mil ayos en Cristo, no tendréis muchos padres; pues en Cristo Jesús yo os engendré por medio del evangelio”
— 1 Corintios 4:14-15
“Bendito sea el Dios Padre de nuestro Señor Jesucristo, Padre de misericordias Dios de toda consolación, el cual nos consuela en todas nuestras tribulaciones, para que podamos también nosotros consolar a los que están en cualquier tribulación, por medio de la consolación con que nosotros somos consolados por Dios”
— 2 Corintios 1:3-4
“Hijitos míos, por quienes vuelvo a sufrir dolores de parto, hasta que Cristo sea formado en vosotros”
— Gálatas 4:19
“Antes sed benignos unos con otros, misericordiosos, perdonándoos unos a otros, como Dios también os perdonó a vosotros en Cristo”
— Efesios 4:32
“Por tanto, si hay alguna consolación en Cristo, si algún consuelo de amor, si alguna comunión del Espíritu, si algún afecto entrañable, si alguna misericordia, completad mi gozo, sintiendo lo mismo, teniendo el mismo amor, unánimes, sintiendo una misma cosa”
— Filipenses 2:1-2
“Padres, no exasperéis a vuestros hijos, para que no se desalienten”
— Colosenses 3:21
“Antes fuimos tiernos entre vosotros, como la nodriza que cuida con ternura a sus propios hijos”
— 1 Tesalonicenses 2:7
“Porque no tenemos un sumo sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras debilidades, sino uno que fue tentado en todo según nuestra semejanza, pero sin pecado”
— Hebreos 4:15
“La religión pura sin mácula delante de Dios el Padre es esta: Visitar a los huérfanos a las viudas en sus tribulaciones, guardarse sin mancha del mundo”
— Santiago 1:27
“Desead, como niños recién nacidos, la leche espiritual no adulterada, para que por ella crezcáis para salvación”
— 1 Pedro 2:2
“Finalmente, sed todos de un mismo sentir, compasivos, amándoos fraternalmente, misericordiosos, amigables; no devolviendo mal por mal, ni maldición por maldición, sino por el contrario, bendiciendo, sabiendo que fuisteis llamados para que heredaseis bendición”
— 1 Pedro 3:8-9
“Apareció en el cielo una gran señal: una mujer vestida del sol, con la luna debajo de sus pies, sobre su cabeza una corona de doce estrellas. estando encinta, clamaba con dolores de parto, en la angustia del alumbramiento”
— Apocalipsis 12:1-2