54 Versículos bíblicos sobre la construcción

Versículos bíblicos sobre la construcción

“Hazte un arca de madera de gofer; harás aposentos en el arca, la calafatearás con brea por dentro por fuera”

— Génesis 6:14

“Con sabiduría se edificará la casaY con prudencia se afirmará”

— Proverbios 24:3

“Porque nosotros somos colaboradores de Dios, vosotros sois labranza de Dios, edificio de Dios”

— 1 Corintios 3:9

“Cualquiera, pues, que me oye estas palabras, las hace, le compararé a un hombre prudente, que edificó su casa sobre la roca”

— Mateo 7:24

“En quien todo el edificio, bien coordinado, va creciendo para ser un templo santo en el Señor”

— Efesios 2:21

“Vosotros también, como piedras vivas, sed edificados como casa espiritual sacerdocio santo, para ofrecer sacrificios espirituales aceptables a Dios por medio de Jesucristo”

— 1 Pedro 2:5

“Si Jehová no edificare la casaEn vano trabajan los que la edificanSi Jehová no guardare la ciudadEn vano vela la guardia”

— Salmos 127:1

“Les dije, pues: Vosotros veis el mal en que estamos, que Jerusalén está desierta, sus puertas consumidas por el fuego; venid, edifiquemos el muro de Jerusalén, no estemos más en oprobio”

— Nehemías 2:17

“Porque toda casa es hecha por alguno; pero el que hizo todas las cosas es Dios”

— Hebreos 3:4

“Por tanto, Jehová el Señor dice así: He aquí que yo he puesto en Sion por fundamento una piedra, piedra probada, angular, preciosa, de cimiento estable; el que creyere, no se apresure”

— Isaías 28:16

“Semejante es al hombre que al edificar una casa, cavó ahondó puso el fundamento sobre la roca; cuando vino una inundación, el río dio con ímpetu contra aquella casa, pero no la pudo mover, porque estaba fundada sobre la roca”

— Lucas 6:48

“Todo lo que hagáis, hacedlo de corazón, como para el Señor no para los hombres”

— Colosenses 3:23

“Porque Dios es el que en vosotros produce así el querer como el hacer, por su buena voluntad”

— Filipenses 2:13

“Si mal os parece servir a Jehová, escogeos hoy a quién sirváis; si a los dioses a quienes sirvieron vuestros padres, cuando estuvieron al otro lado del río, o a los dioses de los amorreos en cuya tierra habitáis; pero yo mi casa serviremos a Jehová”

— Josué 24:15

“Porque es necesario que el obispo sea irreprensible, como administrador de Dios; no soberbio, no iracundo, no dado al vino, no pendenciero, no codicioso de ganancias deshonestas”

— Tito 1:7

“Para que si tardo, sepas cómo debes conducirte en la casa de Dios, que es la iglesia del Dios viviente, columna baluarte de la verdad”

— 1 Timoteo 3:15

“Ve di a mi siervo David: Así ha dicho Jehová: ¿Tú me has de edificar casa en que yo more?”

— 2 Samuel 7:5

“Si Jehová no edificare la casaEn vano trabajan los que la edificanSi Jehová no guardare la ciudadEn vano vela la guardia”

— Salmos 127:1

“Porque yo sé los pensamientos que tengo acerca de vosotros, dice Jehová, pensamientos de paz, no de mal, para daros el fin que esperáis”

— Jeremías 29:11

“Porque sabemos que si nuestra morada terrestre, este tabernáculo, se deshiciere, tenemos de Dios un edificio, una casa no hecha de manos, eterna, en los cielos”

— 2 Corintios 5:1

“Yo Juan vi la santa ciudad, la nueva Jerusalén, descender del cielo, de Dios, dispuesta como una esposa ataviada para su marido”

— Apocalipsis 21:2

“En la casa de mi Padre muchas moradas hay; si así no fuera, yo os lo hubiera dicho; voy, pues, a preparar lugar para vosotros”

— Juan 14:2

“Yo también te digo, que tú eres Pedro, sobre esta roca edificaré mi iglesia; las puertas del Hades no prevalecerán contra ella”

— Mateo 16:18

“Ahora, hermanos, os encomiendo a Dios, a la palabra de su gracia, que tiene poder para sobreedificaros daros herencia con todos los santificados”

— Hechos 20:32

“Si Jehová no edificare la casaEn vano trabajan los que la edificanSi Jehová no guardare la ciudadEn vano vela la guardia”

— Salmos 127:1

“Pobrecita, fatigada con tempestad, sin consuelo; he aquí que yo cimentaré tus piedras sobre carbunclo, sobre zafiros te fundaré”

— Isaías 54:11

“Porque los que menospreciaron el día de las pequeñeces se alegrarán, verán la plomada en la mano de Zorobabel. Estos siete son los ojos de Jehová, que recorren toda la tierra”

— Zacarías 4:10

“De esta manera me esforcé a predicar el evangelio, no donde Cristo ya hubiese sido nombrado, para no edificar sobre fundamento ajeno”

— Romanos 15:20

“Pero el fundamento de Dios está firme, teniendo este sello: Conoce el Señor a los que son suyos; : Apártese de iniquidad todo aquel que invoca el nombre de Cristo”

— 2 Timoteo 2:19

“Porque nadie puede poner otro fundamento que el que está puesto, el cual es Jesucristo”

— 1 Corintios 3:11

“Porque esperaba la ciudad que tiene fundamentos, cuyo arquitecto constructor es Dios”

— Hebreos 11:10

“La piedra que desecharon los edificadoresHa venido a ser cabeza del ángulo”

— Salmos 118:22

“Porque ¿quién de vosotros, queriendo edificar una torre, no se sienta primero calcula los gastos, a ver si tiene lo que necesita para acabarla?”

— Lucas 14:28

“A fin de perfeccionar a los santos para la obra del ministerio, para la edificación del cuerpo de Cristo”

— Efesios 4:12

“Si alguno habla, hable conforme a las palabras de Dios; si alguno ministra, ministre conforme al poder que Dios da, para que en todo sea Dios glorificado por Jesucristo, a quien pertenecen la gloria el imperio por los siglos de los siglos. Amén”

— 1 Pedro 4:11

“La mujer sabia edifica su casaMas la necia con sus manos la derriba”

— Proverbios 14:1

“Si fueren destruidos los fundamentos¿Qué ha de hacer el justo?”

— Salmos 11:3

“Me ha dicho: Bástate mi gracia; porque mi poder se perfecciona en la debilidad. Por tanto, de buena gana me gloriaré más bien en mis debilidades, para que repose sobre mí el poder de Cristo”

— 2 Corintios 12:9

“Arraigados sobreedificados en él, confirmados en la fe, así como habéis sido enseñados, abundando en acciones de gracias”

— Colosenses 2:7

“Se sentará cada uno debajo de su vid debajo de su higuera, no habrá quien los amedrente; porque la boca de Jehová de los ejércitos lo ha hablado”

— Miqueas 4:4

“Nunca más se oirá en tu tierra violencia, destrucción ni quebrantamiento en tu territorio, sino que a tus muros llamarás Salvación, a tus puertas Alabanza”

— Isaías 60:18

“Presentándote tú en todo como ejemplo de buenas obras; en la enseñanza mostrando integridad, seriedad”

— Tito 2:7

“Así también vosotros; pues que anheláis dones espirituales, procurad abundar en ellos para edificación de la iglesia”

— 1 Corintios 14:12

“Por lo cual, animaos unos a otros, edificaos unos a otros, así como lo hacéis”

— 1 Tesalonicenses 5:11

“Considerémonos unos a otros para estimularnos al amor a las buenas obras”

— Hebreos 10:24

“Dijo, por tanto, a Judá: Edifiquemos estas ciudades, cerquémoslas de muros con torres, puertas barras, ya que la tierra es nuestra; porque hemos buscado a Jehová nuestro Dios; le hemos buscado, él nos ha dado paz por todas partes. Edificaron, pues, fueron prosperados”

— 2 Crónicas 14:7

“En toda labor hay frutoMas las vanas palabras de los labios empobrecen”

— Proverbios 14:23

“Digo, pues, por la gracia que me es dada, a cada cual que está entre vosotros, que no tenga más alto concepto de sí que el que debe tener, sino que piense de sí con cordura, conforme a la medida de fe que Dios repartió a cada uno”

— Romanos 12:3

“Cantadle cántico nuevoHacedlo bien, tañendo con júbilo”

— Salmos 33:3

“Por demás es que os levantéis de madrugada, vayáis tarde a reposarY que comáis pan de doloresPues que a su amado dará Dios el sueño”

— Salmos 127:2

“Estas son las cosas que habéis de hacer: Hablad verdad cada cual con su prójimo; juzgad según la verdad lo conducente a la paz en vuestras puertas”

— Zacarías 8:16

“Ocúpate en estas cosas; permanece en ellas, para que tu aprovechamiento sea manifiesto a todos”

— 1 Timoteo 4:15

“El justo florecerá como la palmeraCrecerá como cedro en el LíbanoPlantados en la casa de JehováEn los atrios de nuestro Dios floreceránAun en la vejez fructificaránEstarán vigorosos verdes”

— Salmos 92:12-14

“Tiempo de matar, tiempo de curar; tiempo de destruir, tiempo de edificar”

— Eclesiastés 3:3