Queridos amigos, aquí les comparto 54 Versículos bíblicos sobre la barba, que creo les ayudarán a comprender este tema si están interesados. Porque aquí en todos los versículos bíblicos que he compartido hay algunos versículos que están directamente relacionados con este tema de la Biblia y he compartido algunos otros versículos que están relacionados con este tema.
Aquí podrás ver estos versículos en un estilo de coloración muy hermoso. Que puedes compartir con tus amigos y familiares tomando una captura de pantalla.
Espero que puedas aprender algo de este tema hoy. Vayamos ahora a los versículos bíblicos. Que Dios los bendiga abundantemente, gracias.
“No haréis tonsura en vuestras cabezas, ni dañaréis la punta de vuestra barba”
— Levítico 19:27
“No harán tonsura en su cabeza, ni raerán la punta de su barba, ni en su carne harán rasguños”
— Levítico 21:5
“Todo el tiempo del voto de su nazareato no pasará navaja sobre su cabeza; hasta que sean cumplidos los días de su apartamiento a Jehová, será santo; dejará crecer su cabello”
— Números 6:5
“El leproso en quien hubiere llaga llevará vestidos rasgados y su cabeza descubierta, y embozado pregonará: ¡Inmundo! ¡Inmundo”
— Levítico 13:45
“No haréis tonsura en vuestras cabezas, ni dañaréis la punta de vuestra barba”
— Levítico 19:27
“No harán tonsura en su cabeza, ni raerán la punta de su barba, ni en su carne harán rasguños”
— Levítico 21:5
“También Mefi-boset hijo de Saúl descendió a recibir al rey; no había lavado sus pies, ni había cortado su barba, ni tampoco había lavado sus vestidos, desde el día en que el rey salió hasta el día en que volvió en paz”
— 2 Samuel 19:24
“Jehová respondió a Samuel: No mires a su parecer, ni a lo grande de su estatura, porque yo lo desecho; porque Jehová no mira lo que mira el hombre; pues el hombre mira lo que está delante de sus ojos, pero Jehová mira el corazón”
— 1 Samuel 16:7
“Cuando oí esto, rasgué mi vestido y mi manto, y arranqué pelo de mi cabeza y de mi barba, y me senté angustiado en extremo”
— Esdras 9:3
“No harán tonsura en su cabeza, ni raerán la punta de su barba, ni en su carne harán rasguños”
— Levítico 21:5
“Hijos sois de Jehová vuestro Dios; no os sajaréis, ni os raparéis a causa de muerto”
— Deuteronomio 14:1
“No harán tonsura en su cabeza, ni raerán la punta de su barba, ni en su carne harán rasguños”
— Levítico 21:5
“No haréis tonsura en vuestras cabezas, ni dañaréis la punta de vuestra barba”
— Levítico 19:27
“No harán tonsura en su cabeza, ni raerán la punta de su barba, ni en su carne harán rasguños”
— Levítico 21:5
“Cuando se le hizo saber esto a David, envió a encontrarles, porque ellos estaban en extremo avergonzados; y el rey mandó que les dijeran: Quedaos en Jericó hasta que os vuelva a nacer la barba, y entonces volved”
— 2 Samuel 10:5
“Cuando se le hizo saber esto a David, envió a encontrarles, porque ellos estaban en extremo avergonzados; y el rey mandó que les dijeran: Quedaos en Jericó hasta que os vuelva a nacer la barba, y entonces volved”
— 2 Samuel 10:5
“Cuando se le hizo saber esto a David, envió a encontrarles, porque ellos estaban en extremo avergonzados; y el rey mandó que les dijeran: Quedaos en Jericó hasta que os vuelva a nacer la barba, y entonces volved”
— 2 Samuel 10:5
“Cuando se le hizo saber esto a David, envió a encontrarles, porque ellos estaban en extremo avergonzados; y el rey mandó que les dijeran: Quedaos en Jericó hasta que os vuelva a nacer la barba, y entonces volved”
— 2 Samuel 10:5
“Cuando se le hizo saber esto a David, envió a encontrarles, porque ellos estaban en extremo avergonzados; y el rey mandó que les dijeran: Quedaos en Jericó hasta que os vuelva a nacer la barba, y entonces volved”
— 2 Samuel 10:5
“Cuando se le hizo saber esto a David, envió a encontrarles, porque ellos estaban en extremo avergonzados; y el rey mandó que les dijeran: Quedaos en Jericó hasta que os vuelva a nacer la barba, y entonces volved”
— 2 Samuel 10:5
“Cuando se le hizo saber esto a David, envió a encontrarles, porque ellos estaban en extremo avergonzados; y el rey mandó que les dijeran: Quedaos en Jericó hasta que os vuelva a nacer la barba, y entonces volved”
— 2 Samuel 10:5
“También Mefi-boset hijo de Saúl descendió a recibir al rey; no había lavado sus pies, ni había cortado su barba, ni tampoco había lavado sus vestidos, desde el día en que el rey salió hasta el día en que volvió en paz”
— 2 Samuel 19:24
“También Mefi-boset hijo de Saúl descendió a recibir al rey; no había lavado sus pies, ni había cortado su barba, ni tampoco había lavado sus vestidos, desde el día en que el rey salió hasta el día en que volvió en paz”
— 2 Samuel 19:24
“Cuando oí esto, rasgué mi vestido y mi manto, y arranqué pelo de mi cabeza y de mi barba, y me senté angustiado en extremo”
— Esdras 9:3
“También Mefi-boset hijo de Saúl descendió a recibir al rey; no había lavado sus pies, ni había cortado su barba, ni tampoco había lavado sus vestidos, desde el día en que el rey salió hasta el día en que volvió en paz”
— 2 Samuel 19:24
“También Mefi-boset hijo de Saúl descendió a recibir al rey; no había lavado sus pies, ni había cortado su barba, ni tampoco había lavado sus vestidos, desde el día en que el rey salió hasta el día en que volvió en paz”
— 2 Samuel 19:24
“La naturaleza misma ¿no os enseña que al varón le es deshonroso dejarse crecer el cabello?”
— 1 Corintios 11:14
“La naturaleza misma ¿no os enseña que al varón le es deshonroso dejarse crecer el cabello?”
— 1 Corintios 11:14
“La naturaleza misma ¿no os enseña que al varón le es deshonroso dejarse crecer el cabello?”
— 1 Corintios 11:14
“La naturaleza misma ¿no os enseña que al varón le es deshonroso dejarse crecer el cabello?”
— 1 Corintios 11:14
“Vuestro atavío no sea el externo de peinados ostentosos, de adornos de oro o de vestidos lujosos, sino el interno, el del corazón, en el incorruptible ornato de un espíritu afable y apacible, que es de grande estima delante de Dios”
— 1 Pedro 3:3-4
“Vuestro atavío no sea el externo de peinados ostentosos, de adornos de oro o de vestidos lujosos, sino el interno, el del corazón, en el incorruptible ornato de un espíritu afable y apacible, que es de grande estima delante de Dios”
— 1 Pedro 3:3-4
“Vuestro atavío no sea el externo de peinados ostentosos, de adornos de oro o de vestidos lujosos, sino el interno, el del corazón, en el incorruptible ornato de un espíritu afable y apacible, que es de grande estima delante de Dios”
— 1 Pedro 3:3-4
“Vuestro atavío no sea el externo de peinados ostentosos, de adornos de oro o de vestidos lujosos, sino el interno, el del corazón, en el incorruptible ornato de un espíritu afable y apacible, que es de grande estima delante de Dios”
— 1 Pedro 3:3-4
“Habla a los hijos de Israel, y diles que se hagan franjas en los bordes de sus vestidos, por sus generaciones; y pongan en cada franja de los bordes un cordón de azul. Y os servirá de franja, para que cuando lo veáis os acordéis de todos los mandamientos de Jehová, para ponerlos por obra; y no miréis en pos de vuestro corazón y de vuestros ojos, en pos de los cuales os prostituyáis”
— Números 15:38-39
“Habla a los hijos de Israel, y diles que se hagan franjas en los bordes de sus vestidos, por sus generaciones; y pongan en cada franja de los bordes un cordón de azul. Y os servirá de franja, para que cuando lo veáis os acordéis de todos los mandamientos de Jehová, para ponerlos por obra; y no miréis en pos de vuestro corazón y de vuestros ojos, en pos de los cuales os prostituyáis”
— Números 15:38-39
“Habla a los hijos de Israel, y diles que se hagan franjas en los bordes de sus vestidos, por sus generaciones; y pongan en cada franja de los bordes un cordón de azul. Y os servirá de franja, para que cuando lo veáis os acordéis de todos los mandamientos de Jehová, para ponerlos por obra; y no miréis en pos de vuestro corazón y de vuestros ojos, en pos de los cuales os prostituyáis”
— Números 15:38-39
“Habla a los hijos de Israel, y diles que se hagan franjas en los bordes de sus vestidos, por sus generaciones; y pongan en cada franja de los bordes un cordón de azul. Y os servirá de franja, para que cuando lo veáis os acordéis de todos los mandamientos de Jehová, para ponerlos por obra; y no miréis en pos de vuestro corazón y de vuestros ojos, en pos de los cuales os prostituyáis”
— Números 15:38-39
“No haréis tonsura en vuestras cabezas, ni dañaréis la punta de vuestra barba”
— Levítico 19:27
“No haréis tonsura en vuestras cabezas, ni dañaréis la punta de vuestra barba”
— Levítico 19:27
“No haréis tonsura en vuestras cabezas, ni dañaréis la punta de vuestra barba”
— Levítico 19:27
“No haréis tonsura en vuestras cabezas, ni dañaréis la punta de vuestra barba”
— Levítico 19:27
“Hijos sois de Jehová vuestro Dios; no os sajaréis, ni os raparéis a causa de muerto”
— Deuteronomio 14:1
“Hijos sois de Jehová vuestro Dios; no os sajaréis, ni os raparéis a causa de muerto”
— Deuteronomio 14:1
“Hijos sois de Jehová vuestro Dios; no os sajaréis, ni os raparéis a causa de muerto”
— Deuteronomio 14:1
“Hijos sois de Jehová vuestro Dios; no os sajaréis, ni os raparéis a causa de muerto”
— Deuteronomio 14:1
“La gloria de los jóvenes es su fuerza, Y la hermosura de los ancianos es su vejez”
— Proverbios 20:29
“La gloria de los jóvenes es su fuerza, Y la hermosura de los ancianos es su vejez”
— Proverbios 20:29
“La gloria de los jóvenes es su fuerza, Y la hermosura de los ancianos es su vejez”
— Proverbios 20:29
“La gloria de los jóvenes es su fuerza, Y la hermosura de los ancianos es su vejez”
— Proverbios 20:29
“Tú, hijo de hombre, tómate un cuchillo agudo, toma una navaja de barbero, y hazla pasar sobre tu cabeza y tu barba; toma después una balanza de pesar y divide los cabellos”
— Ezequiel 5:1
“Tú, hijo de hombre, tómate un cuchillo agudo, toma una navaja de barbero, y hazla pasar sobre tu cabeza y tu barba; toma después una balanza de pesar y divide los cabellos”
— Ezequiel 5:1
“Tú, hijo de hombre, tómate un cuchillo agudo, toma una navaja de barbero, y hazla pasar sobre tu cabeza y tu barba; toma después una balanza de pesar y divide los cabellos”
— Ezequiel 5:1
“Tú, hijo de hombre, tómate un cuchillo agudo, toma una navaja de barbero, y hazla pasar sobre tu cabeza y tu barba; toma después una balanza de pesar y divide los cabellos”
— Ezequiel 5:1