“Como el Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para servir, para dar su vida en rescate por muchos”
— Mateo 20:28
“Porque el Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para servir, para dar su vida en rescate por muchos”
— Marcos 10:45
“Pues si yo, el Señor el Maestro, he lavado vuestros pies, vosotros también debéis lavaros los pies los unos a los otros”
— Juan 13:14
“Porque, ¿cuál es mayor, el que se sienta a la mesa, o el que sirve? ¿No es el que se sienta a la mesa? Mas yo estoy entre vosotros como el que sirve”
— Lucas 22:27
“Sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres”
— Filipenses 2:7
“El que es el mayor de vosotros, sea vuestro siervo”
— Mateo 23:11
“Porque ejemplo os he dado, para que como yo os he hecho, vosotros también hagáis”
— Juan 13:15
“Entonces él se sentó llamó a los doce, les dijo: Si alguno quiere ser el primero, será el postrero de todos, el servidor de todos”
— Marcos 9:35
“Mas no así vosotros, sino sea el mayor entre vosotros como el más joven, el que dirige, como el que sirve”
— Lucas 22:26
“Así que, después que les hubo lavado los pies, tomó su manto, volvió a la mesa, les dijo: ¿Sabéis lo que os he hecho? Vosotros me llamáis Maestro, Señor; decís bien, porque lo soy. Pues si yo, el Señor el Maestro, he lavado vuestros pies, vosotros también debéis lavaros los pies los unos a los otros. Porque ejemplo os he dado, para que como yo os he hecho, vosotros también hagáis”
— Juan 13:12-15
“El que es el mayor de vosotros, sea vuestro siervo”
— Mateo 23:11
“Porque vosotros, hermanos, a libertad fuisteis llamados; solamente que no uséis la libertad como ocasión para la carne, sino servíos por amor los unos a los otros”
— Gálatas 5:13
“Cada uno según el don que ha recibido, minístrelo a los otros, como buenos administradores de la multiforme gracia de Dios”
— 1 Pedro 4:10
“En todo os he enseñado que, trabajando así, se debe ayudar a los necesitados, recordar las palabras del Señor Jesús, que dijo: Más bienaventurado es dar que recibir”
— Hechos 20:35
“Respondiendo el Rey, les dirá: De cierto os digo que en cuanto lo hicisteis a uno de estos mis hermanos más pequeños, a mí lo hicisteis”
— Mateo 25:40
“Nadie tiene mayor amor que este, que uno ponga su vida por sus amigos”
— Juan 15:13
“En lo que requiere diligencia, no perezosos; fervientes en espíritu, sirviendo al Señor”
— Romanos 12:11
“Todo lo que hagáis, hacedlo de corazón, como para el Señor no para los hombres”
— Colosenses 3:23
“Por lo cual, siendo libre de todos, me he hecho siervo de todos para ganar a mayor número”
— 1 Corintios 9:19
“Porque Dios no es injusto para olvidar vuestra obra el trabajo de amor que habéis mostrado hacia su nombre, habiendo servido a los santos sirviéndoles aún”
— Hebreos 6:10
“Palabra fiel es esta, en estas cosas quiero que insistas con firmeza, para que los que creen en Dios procuren ocuparse en buenas obras. Estas cosas son buenas útiles a los hombres”
— Tito 3:8
“Si en verdad cumplís la ley real, conforme a la Escritura: Amarás a tu prójimo como a ti mismo, bien hacéis”
— Santiago 2:8
“En esto hemos conocido el amor, en que él puso su vida por nosotros; también nosotros debemos poner nuestras vidas por los hermanos”
— 1 Juan 3:16
“Sirviendo de buena voluntad, como al Señor no a los hombres”
— Efesios 6:7
“Apacentad la grey de Dios que está entre vosotros, cuidando de ella, no por fuerza, sino voluntariamente; no por ganancia deshonesta, sino con ánimo pronto”
— 1 Pedro 5:2
“Porque no nos predicamos a nosotros mismos, sino a Jesucristo como Señor, a nosotros como vuestros siervos por amor de Jesús”
— 2 Corintios 4:5
“Así alumbre vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas obras, glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos”
— Mateo 5:16
“Tan grande es nuestro afecto por vosotros, que hubiéramos querido entregaros no solo el evangelio de Dios, sino también nuestras propias vidas; porque habéis llegado a sernos muy queridos”
— 1 Tesalonicenses 2:8
“Que hagan bien, que sean ricos en buenas obras, dadivosos, generosos”
— 1 Timoteo 6:18
“Amad, pues, a vuestros enemigos, haced bien, prestad, no esperando de ello nada; será vuestro galardón grande, seréis hijos del Altísimo; porque él es benigno para con los ingratos malos”
— Lucas 6:35
“Como también yo en todas las cosas agrado a todos, no procurando mi propio beneficio, sino el de muchos, para que sean salvos”
— 1 Corintios 10:33
“Porque el siervo del Señor no debe ser contencioso, sino amable para con todos, apto para enseñar, sufrido”
— 2 Timoteo 2:24
“Presentándote tú en todo como ejemplo de buenas obras; en la enseñanza mostrando integridad, seriedad”
— Tito 2:7
“De hacer bien de la ayuda mutua no os olvidéis; porque de tales sacrificios se agrada Dios”
— Hebreos 13:16
“La religión pura sin mácula delante de Dios el Padre es esta: Visitar a los huérfanos a las viudas en sus tribulaciones, guardarse sin mancha del mundo”
— Santiago 1:27
“Habiendo purificado vuestras almas por la obediencia a la verdad, mediante el Espíritu, para el amor fraternal no fingido, amaos unos a otros entrañablemente, de corazón puro”
— 1 Pedro 1:22
“Finalmente, sed todos de un mismo sentir, compasivos, amándoos fraternalmente, misericordiosos, amigables; no devolviendo mal por mal, ni maldición por maldición, sino por el contrario, bendiciendo, sabiendo que fuisteis llamados para que heredaseis bendición”
— 1 Pedro 3:8-9
“Amaos los unos a los otros con amor fraternal; en cuanto a honra, prefiriéndoos los unos a los otros”
— Romanos 12:10
“No nos cansemos, pues, de hacer bien; porque a su tiempo segaremos, si no desmayamos. Así que, según tengamos oportunidad, hagamos bien a todos, mayormente a los de la familia de la fe”
— Gálatas 6:9-10
“Antes sed benignos unos con otros, misericordiosos, perdonándoos unos a otros, como Dios también os perdonó a vosotros en Cristo”
— Efesios 4:32
“Vestíos, pues, como escogidos de Dios, santos amados, de entrañable misericordia, de benignidad, de humildad, de mansedumbre, de paciencia; soportándoos unos a otros, perdonándoos unos a otros si alguno tuviere queja contra otro. De la manera que Cristo os perdonó, así también hacedlo vosotros”
— Colosenses 3:12-13
“No mirando cada uno por lo suyo propio, sino cada cual también por lo de los otros”
— Filipenses 2:4
“Amados, si Dios nos ha amado así, debemos también nosotros amarnos unos a otros. Nadie ha visto jamás a Dios. Si nos amamos unos a otros, Dios permanece en nosotros, su amor se ha perfeccionado en nosotros”
— 1 Juan 4:11-12
“Al ver las multitudes, tuvo compasión de ellas; porque estaban desamparadas dispersas como ovejas que no tienen pastor”
— Mateo 9:36
“Entonces él se sentó llamó a los doce, les dijo: Si alguno quiere ser el primero, será el postrero de todos, el servidor de todos”
— Marcos 9:35
“Aquel, respondiendo, dijo: Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma, con todas tus fuerzas, con toda tu mente; a tu prójimo como a ti mismo”
— Lucas 10:27
“Yo te he glorificado en la tierra; he acabado la obra que me diste que hiciese”
— Juan 17:4
“Mirad que ninguno pague a otro mal por mal; antes seguid siempre lo bueno unos para con otros, para con todos”
— 1 Tesalonicenses 5:15
“Vosotros, hermanos, no os canséis de hacer bien”
— 2 Tesalonicenses 3:13
“Que tenga testimonio de buenas obras; si ha criado hijos; si ha practicado la hospitalidad; si ha lavado los pies de los santos; si ha socorrido a los afligidos; si ha practicado toda buena obra”
— 1 Timoteo 5:10
“De hacer bien de la ayuda mutua no os olvidéis; porque de tales sacrificios se agrada Dios”
— Hebreos 13:16
“Hermanos míos, ¿de qué aprovechará si alguno dice que tiene fe, no tiene obras? ¿Podrá la fe salvarle? si un hermano o una hermana están desnudos, tienen necesidad del mantenimiento de cada día, alguno de vosotros les dice: Id en paz, calentaos saciaos, pero no les dais las cosas que son necesarias para el cuerpo, ¿de qué aprovecha? Así también la fe, si no tiene obras, es muerta en sí misma”
— Santiago 2:14-17
“Pues para esto fuisteis llamados; porque también Cristo padeció por nosotros, dejándonos ejemplo, para que sigáis sus pisadas; el cual no hizo pecado, ni se halló engaño en su boca; quien cuando le maldecían, no respondía con maldición; cuando padecía, no amenazaba, sino encomendaba la causa al que juzga justamente”
— 1 Pedro 2:21-23
“No habrá más maldición; el trono de Dios del Cordero estará en ella, sus siervos le servirán”
— Apocalipsis 22:3