“Les refirió otra parábola, diciendo: El reino de los cielos es semejante a un hombre que sembró buena semilla en su campo”
— Mateo 13:24
“De cierto, de cierto os digo, que si el grano de trigo no cae en la tierra muere, queda solo; pero si muere, lleva mucho fruto”
— Juan 12:24
“No nos cansemos, pues, de hacer bien; porque a su tiempo segaremos, si no desmayamos”
— Gálatas 6:9
“Jesús les dijo: Yo soy el pan de vida; el que a mí viene, nunca tendrá hambre; el que en mí cree, no tendrá sed jamás”
— Juan 6:35
“Respondiendo Simón Pedro, dijo: Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente”
— Mateo 16:16
“Dijo también el Señor: Simón, Simón, he aquí Satanás os ha pedido para zarandearos como a trigo; pero yo he rogado por ti, que tu fe no falte; tú, una vez vuelto, confirma a tus hermanos”
— Lucas 22:31-32
“Otra parábola les refirió, diciendo: El reino de los cielos es semejante al grano de mostaza, que un hombre tomó sembró en su campo; el cual a la verdad es la más pequeña de todas las semillas; pero cuando ha crecido, es la mayor de las hortalizas, se hace árbol, de tal manera que vienen las aves del cielo hacen nidos en sus ramas”
— Mateo 13:31-32
“Decía además: Así es el reino de Dios, como cuando un hombre echa semilla en la tierra; duerme se levanta, de noche de día, la semilla brota crece sin que él sepa cómo. Porque de suyo lleva fruto la tierra, primero hierba, luego espiga, después grano lleno en la espiga; cuando el fruto está maduro, en seguida se mete la hoz, porque la siega ha llegado”
— Marcos 4:26-29
“Sé diligente en conocer el estado de tus ovejasY mira con cuidado por tus rebañosPorque las riquezas no duran para siempre¿será la corona para perpetuas generaciones?Saldrá la grama, aparecerá la hierbaY se segarán las hierbas de los montesLos corderos son para tus vestidosY los cabritos para el precio del campoY abundancia de leche de las cabras para tu mantenimiento, para mantenimiento de tu casaY para sustento de tus criadas”
— Proverbios 27:23-27
“Sembrad para vosotros en justicia, segad para vosotros en misericordia; haced para vosotros barbecho; porque es el tiempo de buscar a Jehová, hasta que venga os enseñjusticia”
— Oseas 10:12
“Porque como desciende de los cielos la lluvia la nieve, no vuelve allá, sino que riega la tierra, la hace germinar producir, da semilla al que siembra, pan al que come, así será mi palabra que sale de mi boca; no volverá a mí vacía, sino que hará lo que yo quiero, será prosperada en aquello para que la envié”
— Isaías 55:10-11
“Él hace producir el heno para las bestiasY la hierba para el servicio del hombreSacando el pan de la tierra”
— Salmos 104:14
“Visitas la tierra, la riegasEn gran manera la enriquecesCon el río de Dios, lleno de aguasPreparas el grano de ellos, cuando así la disponesHaces que se empapen sus surcosHaces descender sus canalesLa ablandas con lluviasBendices sus renuevosTú coronas el año con tus bienesY tus nubes destilan grosuraDestilan sobre los pastizales del desiertoY los collados se ciñen de alegríaSe visten de manadas los llanosY los valles se cubren de granoDan voces de júbilo, aun cantan”
— Salmos 65:9-13
“Se durmió de nuevo, soñó la segunda vez: Que siete espigas llenas hermosas crecían de una sola caña, que después de ellas salían otras siete espigas menudas abatidas del viento solano; las siete espigas menudas devoraban a las siete espigas gruesas llenas. despertó Faraón, he aquí que era sueño”
— Génesis 41:5-7
“Porque Jehová tu Dios te introduce en la buena tierra, tierra de arroyos, de aguas, de fuentes de manantiales, que brotan en vegas montes; tierra de trigo cebada, de vides, higueras granados; tierra de olivos, de aceite de miel; tierra en la cual no comerás el pan con escasez, ni te faltará nada en ella; tierra cuyas piedras son hierro, de cuyos montes sacarás cobre. comerás te saciarás, bendecirás a Jehová tu Dios por la buena tierra que te habrá dado”
— Deuteronomio 8:7-10
“Miré, he aquí una nube blanca; sobre la nube uno sentado semejante al Hijo del Hombre, que tenía en la cabeza una corona de oro, en la mano una hoz aguda. del templo salió otro ángel, clamando a gran voz al que estaba sentado sobre la nube: Mete tu hoz, siega; porque la hora de segar ha llegado, pues la mies de la tierra está madura. el que estaba sentado sobre la nube metió su hoz en la tierra, la tierra fue segada”
— Apocalipsis 14:14-16
“Entonces dijo a sus discípulos: A la verdad la mies es mucha, mas los obreros pocos. Rogad, pues, al Señor de la mies, que envíobreros a su mies”
— Mateo 9:37-38
“Dijo: ¿A qué es semejante el reino de Dios, con qué lo compararé? Es semejante al grano de mostaza, que un hombre tomó sembró en su huerto; creció, se hizo árbol grande, las aves del cielo anidaron en sus ramas”
— Lucas 13:18-19
“El que da semilla al que siembra, pan al que come, proveerá multiplicará vuestra sementera, aumentará los frutos de vuestra justicia”
— 2 Corintios 9:10
“El labrador, para participar de los frutos, debe trabajar primero”
— 2 Timoteo 2:6
“Los que sembraron con lágrimas, con regocijo segaránIrá andando llorando el que lleva la preciosa semillaMas volverá a venir con regocijo, trayendo sus gavillas”
— Salmos 126:5-6
“Las eras se llenarán de trigo, los lagares rebosarán de vino aceite”
— Joel 2:24
“Estad atentos, oíd mi voz; atended, oíd mi dicho. El que ara para sembrar, ¿arará todo el día? ¿Romperá quebrará los terrones de la tierra? Cuando ha igualado su superficie, ¿no derrama el eneldo, siembra el comino, pone el trigo en hileras, la cebada en el lugar señalado, la avena en su borde apropiado? Porque su Dios le instruye, le enseña lo recto; que el eneldo no se trilla con trillo, ni sobre el comino se pasa rueda de carreta; sino que con un palo se sacude el eneldo, el comino con una vara. El grano se trilla; pero no lo trillará para siempre, ni lo comprime con la rueda de su carreta, ni lo quebranta con los dientes de su trillo. También esto salió de Jehová de los ejércitos, para hacer maravilloso el consejo engrandecer la sabiduría”
— Isaías 28:23-29
“No dijeron en su corazón: Temamos ahora a Jehová Dios nuestro, que da lluvia temprana tardía en su tiempo, nos guarda los tiempos establecidos de la siega”
— Jeremías 5:24
“Os guardaré de todas vuestras inmundicias; llamaré al trigo, lo multiplicaré, no os daré hambre”
— Ezequiel 36:29
“Yo daré vuestra lluvia en su tiempo, la tierra rendirá sus productos, el árbol del campo dará su fruto”
— Levítico 26:4
“Honra a Jehová con tus bienesY con las primicias de todos tus frutosY serán llenos tus graneros con abundanciaY tus lagares rebosarán de mosto”
— Proverbios 3:9-10
“Los que sembraron con lágrimas, con regocijo segarán”
— Salmos 126:5
“Vendrán con gritos de gozo en lo alto de Sion, correrán al bien de Jehová, al pan, al vino, al aceite, al ganado de las ovejas de las vacas; su alma será como huerto de riego, nunca más tendrán dolor”
— Jeremías 31:12
“Otra parábola les dijo: El reino de los cielos es semejante a la levadura que tomó una mujer, escondió en tres medidas de harina, hasta que todo fue leudado”
— Mateo 13:33
“El sembrador salió a sembrar su semilla; mientras sembraba, una parte cayó junto al camino, fue hollada, las aves del cielo la comieron. Otra parte cayó sobre la piedra; nacida, se secó, porque no tenía humedad. Otra parte cayó entre espinos, los espinos que nacieron juntamente con ella, la ahogaron. otra parte cayó en buena tierra, nació llevó fruto a ciento por uno. Hablando estas cosas, decía a gran voz: El que tiene oídos para oír, oiga”
— Lucas 8:5-8
“Decía también: ¿A qué haremos semejante el reino de Dios, o con qué parábola lo compararemos? Es como el grano de mostaza, que cuando se siembra en tierra, es la más pequeña de todas las semillas que hay en la tierra; pero después de sembrado, crece, se hace la mayor de todas las hortalizas, echa grandes ramas, de tal manera que las aves del cielo pueden morar bajo su sombra”
— Marcos 4:30-32
“Pero esto digo: El que siembra escasamente, también segará escasamente; el que siembra generosamente, generosamente también segará”
— 2 Corintios 9:6
“Hay quienes reparten, les es añadido másY hay quienes retienen más de lo que es justo, pero vienen a pobrezaEl alma generosa será prosperadaY el que saciare, él también será saciado”
— Proverbios 11:24-25
“Entonces el Señor dijo: Si tuvierais fe como un grano de mostaza, podríais decir a este sicómoro: Desarráigate, plántate en el mar; os obedecería”
— Lucas 17:6
“Por tanto, hermanos, tened paciencia hasta la venida del Señor. Mirad cómo el labrador espera el precioso fruto de la tierra, aguardando con paciencia hasta que reciba la lluvia temprana la tardía”
— Santiago 5:7
“Volverán se sentarán bajo su sombra; serán vivificados como trigo, florecerán como la vid; su olor será como de vino del Líbano”
— Oseas 14:7
“Mas ellos no conocieron los pensamientos de Jehová, ni entendieron su consejo; por lo cual los juntó como gavillas en la era”
— Miqueas 4:12
“Jehová dará también el bienY nuestra tierra dará su fruto”
— Salmos 85:12
“Entonces dará el Señor lluvia a tu sementera, cuando siembres la tierra, dará pan del fruto de la tierra, será abundante pingü; tus ganados en aquel tiempo serán apacentados en espaciosas dehesas”
— Isaías 30:23
“Aún plantarás viñas en los montes de Samaria; plantarán los que plantan, disfrutarán de ellas”
— Jeremías 31:5
“Pero llegando también el que había recibido un talento, dijo: Señor, te conocía que eres hombre duro, que siegas donde no sembraste recoges donde no esparciste”
— Mateo 25:24
“¿No decís vosotros: Aún faltan cuatro meses para que llegue la siega? He aquí os digo: Alzad vuestros ojos mirad los campos, porque ya están blancos para la siega”
— Juan 4:35
“Del templo salió otro ángel, clamando a gran voz al que estaba sentado sobre la nube: Mete tu hoz, siega; porque la hora de segar ha llegado, pues la mies de la tierra está madura”
— Apocalipsis 14:15
“Mas ellos le obligaron a quedarse, diciendo: Quédate con nosotros, porque se hace tarde, el día ya ha declinado. Entró, pues, a quedarse con ellos”
— Lucas 24:29
“Pues si algunas de las ramas fueron desgajadas, tú, siendo olivo silvestre, has sido injertado en lugar de ellas, has sido hecho participante de la raíz de la rica savia del olivo, no te jactes contra las ramas; si te jactas, sabe que no sustentas tú a la raíz, sino la raíz a ti. Pues las ramas, dirás, fueron desgajadas para que yo fuese injertado. Bien; por su incredulidad fueron desgajadas, pero tú por la fe estás en pie. No te ensoberbezcas, sino teme. Porque si Dios no perdonó a las ramas naturales, a ti tampoco te perdonará. Mira, pues, la bondad la severidad de Dios; la severidad ciertamente para con los que cayeron, pero la bondad para contigo, si permaneces en esa bondad; pues de otra manera tú también serás cortado. aun ellos, si no permanecieren en incredulidad, serán injertados, pues poderoso es Dios para volverlos a injertar. Porque si tú fuiste cortado del que por naturaleza es olivo silvestre, contra naturaleza fuiste injertado en el buen olivo, ¿cuánto más estos, que son las ramas naturales, serán injertados en su propio olivo?”
— Romanos 11:17-24
“Él da en tu territorio la pazTe hará saciar con lo mejor del trigo”
— Salmos 147:14
“Confía en Jehová, haz el bienY habitarás en la tierra, te apacentarás de la verdad”
— Salmos 37:3
“Pasé junto al campo del hombre perezosoY junto a la viña del hombre falto de entendimientoY he aquí que por toda ella habían crecido los espinosOrtigas habían ya cubierto su fazY su cerca de piedra estaba ya destruidaMiré, lo puse en mi corazónLo vi, tomé consejoUn poco de sueño, cabeceando otro pocoPoniendo mano sobre mano otro poco para dormirAsí vendrá como caminante tu necesidadY tu pobreza como hombre armado”
— Proverbios 24:30-34
“Daré bendición a ellas a los alrededores de mi collado, haré descender la lluvia en su tiempo; lluvias de bendición serán”
— Ezequiel 34:26
“Porque habrá simiente de paz; la vid dará su fruto, dará su producto la tierra, los cielos darán su rocío; haré que el remanente de este pueblo posea todo esto”
— Zacarías 8:12
“Porque el reino de los cielos es semejante a un hombre, padre de familia, que salió por la mañana a contratar obreros para su viña. habiendo convenido con los obreros en un denario al día, los envió a su viña. Saliendo cerca de la hora tercera del día, vio a otros que estaban en la plaza desocupados; les dijo: Id también vosotros a mi viña, os daré lo que sea justo. ellos fueron. Salió otra vez cerca de las horas sexta novena, hizo lo mismo. saliendo cerca de la hora undécima, halló a otros que estaban desocupados; les dijo: ¿Por qué estáis aquí todo el día desocupados? Le dijeron: Porque nadie nos ha contratado. Él les dijo: Id también vosotros a la viña, recibiréis lo que sea justo. Cuando llegó la noche, el señor de la viña dijo a su mayordomo: Llama a los obreros págales el jornal, comenzando desde los postreros hasta los primeros. al venir los que habían ido cerca de la hora undécima, recibieron cada uno un denario. Al venir también los primeros, pensaron que habían de recibir más; pero también ellos recibieron cada uno un denario. al recibirlo, murmuraban contra el padre de familia, diciendo: Estos postreros han trabajado una sola hora, los has hecho iguales a nosotros, que hemos soportado la carga el calor del día. Él, respondiendo, dijo a uno de ellos: Amigo, no te hago agravio; ¿no conviniste conmigo en un denario? Toma lo que es tuyo, vete; pero quiero dar a este postrero, como a ti. ¿No me es lícito hacer lo que quiero con lo mío? ¿O tienes tú envidia, porque yo soy bueno? Así, los primeros serán postreros, los postreros, primeros; porque muchos son llamados, mas pocos escogidos”
— Mateo 20:1-16
“Llamando a diez siervos suyos, les dio diez minas, les dijo: Negociad entre tanto que vengo”
— Lucas 19:13
“Les habló muchas cosas por parábolas, diciendo: He aquí, el sembrador salió a sembrar. mientras sembraba, parte de la semilla cayó junto al camino; vinieron las aves la comieron. Parte cayó en pedregales, donde no había mucha tierra; brotó pronto, porque no tenía profundidad de tierra; pero salido el sol, se quemó; porque no tenía raíz, se secó. parte cayó entre espinos; los espinos crecieron, la ahogaron. Pero parte cayó en buena tierra, dio fruto, cuál a ciento, cuál a sesenta, cuál a treinta por uno”
— Mateo 13:3-8
“Yo soy la vid verdadera, mi Padre es el labrador. Todo pámpano que en mí no lleva fruto, lo quitará; todo aquel que lleva fruto, lo limpiará, para que lleve más fruto. Ya vosotros estáis limpios por la palabra que os he hablado. Permaneced en mí, yo en vosotros. Como el pámpano no puede llevar fruto por sí mismo, si no permanece en la vid, así tampoco vosotros, si no permanecéis en mí. Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en mí, yo en él, este lleva mucho fruto; porque separados de mí nada podéis hacer. El que en mí no permanece, será echado fuera como pámpano, se secará; los recogen, los echan en el fuego, arden. Si permanecéis en mí, mis palabras permanecen en vosotros, pedid todo lo que queréis, os será hecho. En esto es glorificado mi Padre, en que llevéis mucho fruto, seáis así mis discípulos”
— Juan 15:1-8
“Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza; contra tales cosas no hay ley”
— Gálatas 5:22-23
“Porque también cuando estábamos con vosotros, os ordenábamos esto: Si alguno no quiere trabajar, tampoco coma”
— 2 Tesalonicenses 3:10