“Todo tiene su tiempo, todo lo que se quiere debajo del cielo tiene su hora”
— Eclesiastés 3:1
“Todo lo hizo hermoso en su tiempo; ha puesto eternidad en el corazón de ellos, sin que alcance el hombre a entender la obra que ha hecho Dios desde el principio hasta el fin”
— Eclesiastés 3:11
“Respondió Jesús: ¿No tiene el día doce horas? El que anda de día, no tropieza, porque ve la luz de este mundo”
— Juan 11:9
“Vosotros, pues, también, estad preparados, porque a la hora que no penséis, el Hijo del Hombre vendrá”
— Lucas 12:40
“Mas, oh amados, no ignoréis esto: que para con el Señor un día es como mil años, mil años como un día”
— 2 Pedro 3:8
“Cuando no sabéis lo que será mañana. Porque ¿qué es vuestra vida? Ciertamente es neblina que se aparece por un poco de tiempo, luego se desvanece”
— Santiago 4:14
“Enséñanos de tal modo a contar nuestros díasQue traigamos al corazón sabiduría”
— Salmos 90:12
“No te jactes del día de mañanaPorque no sabes qué dará de sí el día”
— Proverbios 27:1
“Porque para todo lo que quisieres hay tiempo juicio; porque el mal del hombre es grande sobre él”
— Eclesiastés 8:6
“Que prediques la palabra; que instes a tiempo fuera de tiempo; redarguye, reprende, exhorta con toda paciencia doctrina”
— 2 Timoteo 4:2
“Porque vosotros sabéis perfectamente que el día del Señor vendrá así como ladrón en la noche”
— 1 Tesalonicenses 5:2
“El que da testimonio de estas cosas dice: Ciertamente vengo en breve. Amén; sí, ven, Señor Jesús”
— Apocalipsis 22:20
“Por tanto, también vosotros estad preparados; porque el Hijo del Hombre vendrá a la hora que no pensáis”
— Mateo 24:44
“Velad, pues, en todo tiempo orando que seáis tenidos por dignos de escapar de todas estas cosas que vendrán, de estar en pie delante del Hijo del Hombre”
— Lucas 21:36
“Esto, conociendo el tiempo, que es ya hora de levantarnos del sueño; porque ahora está más cerca de nosotros nuestra salvación que cuando creímos”
— Romanos 13:11
“Andad sabiamente para con los de afuera, redimiendo el tiempo”
— Colosenses 4:5
“Pero esto digo, hermanos: que el tiempo es corto; resta, pues, que los que tienen esposa sean como si no la tuviesen”
— 1 Corintios 7:29
“Porque también cuando estábamos con vosotros, os ordenábamos esto: Si alguno no quiere trabajar, tampoco coma”
— 2 Tesalonicenses 3:10
“Otra vez determina un día: Hoy, diciendo después de tanto tiempo, por medio de David, como se dijoSi oyereis hoy su vozNo endurezcáis vuestros corazones”
— Hebreos 4:7
“Mas el fin de todas las cosas se acerca; sed, pues, sobrios, velad en oración”
— 1 Pedro 4:7
“Hazme saber, Jehová, mi finY cuánta sea la medida de mis díasSepa yo cuán frágil soy”
— Salmos 39:4
“Te levantarás tendrás misericordia de SionPorque es tiempo de tener misericordia de ella, porque el plazo ha llegado”
— Salmos 102:13
“Buscad a Jehová mientras puede ser hallado, llamadle en tanto que está cercano”
— Isaías 55:6
“Bueno es Jehová a los que en él esperan, al alma que le busca”
— Lamentaciones 3:25
“Aguardando la esperanza bienaventurada la manifestación gloriosa de nuestro gran Dios Salvador Jesucristo”
— Tito 2:13
“Tened también vosotros paciencia, afirmad vuestros corazones; porque la venida del Señor se acerca”
— Santiago 5:8
“Hijitos, ya es el último tiempo; según vosotros oísteis que el anticristo viene, así ahora han surgido muchos anticristos; por esto conocemos que es el último tiempo”
— 1 Juan 2:18
“Pero el día del Señor vendrá como ladrón en la noche; en el cual los cielos pasarán con grande estruendo, los elementos ardiendo serán deshechos, la tierra las obras que en ella hay serán quemadas”
— 2 Pedro 3:10
“Acuérdate, pues, de lo que has recibido oído; guárdalo, arrepiéntete. Pues si no velas, vendré sobre ti como ladrón, no sabrás a qué hora vendré sobre ti”
— Apocalipsis 3:3
“He aquí, yo vengo como ladrón. Bienaventurado el que vela, guarda sus ropas, para que no ande desnudo, vean su vergüenza”
— Apocalipsis 16:15
“Velad, pues, porque no sabéis el día ni la hora en que el Hijo del Hombre ha de venir”
— Mateo 25:13
“Mirad, velad orad; porque no sabéis cuándo será el tiempo”
— Marcos 13:33
“Estén ceñidos vuestros lomos, vuestras lámparas encendidas”
— Lucas 12:35
“El cual también os confirmará hasta el fin, para que seáis irreprensibles en el día de nuestro Señor Jesucristo”
— 1 Corintios 1:8
“Vuestra gentileza sea conocida de todos los hombres. El Señor está cerca”
— Filipenses 4:5
“Por lo demás, me está guardada la corona de justicia, la cual me dará el Señor, juez justo, en aquel día; no solo a mí, sino también a todos los que aman su venida”
— 2 Timoteo 4:8
“Aguardando la esperanza bienaventurada la manifestación gloriosa de nuestro gran Dios Salvador Jesucristo”
— Tito 2:13
“No dejando de congregarnos, como algunos tienen por costumbre, sino exhortándonos; tanto más, cuanto veis que aquel día se acerca”
— Hebreos 10:25
“Por tanto, ceñid los lomos de vuestro entendimiento, sed sobrios, esperad por completo en la gracia que se os traerá cuando Jesucristo sea manifestado”
— 1 Pedro 1:13
“Por lo cual asimismo padezco esto; pero no me avergüenzo, porque yo sé a quién he creído, estoy seguro que es poderoso para guardar mi depósito para aquel día”
— 2 Timoteo 1:12
“Por tanto, hermanos, tened paciencia hasta la venida del Señor. Mirad cómo el labrador espera el precioso fruto de la tierra, aguardando con paciencia hasta que reciba la lluvia temprana la tardía”
— Santiago 5:7
“He aquí, yo vengo pronto; retén lo que tienes, para que ninguno tome tu corona”
— Apocalipsis 3:11
“Velad, pues, porque no sabéis a qué hora ha de venir vuestro Señor”
— Mateo 24:42
“Bienaventurados aquellos siervos a los cuales su señor, cuando venga, halle velando; de cierto os digo que se ceñirá, hará que se sienten a la mesa, vendrá a servirles”
— Lucas 12:37
“Por tanto, no durmamos como los demás, sino velemos seamos sobrios”
— 1 Tesalonicenses 5:6
“Por lo cual, oh amados, estando en espera de estas cosas, procurad con diligencia ser hallados por él sin mancha irreprensibles, en paz”
— 2 Pedro 3:14
“¡He aquí, vengo pronto! Bienaventurado el que guarda las palabras de la profecía de este libro”
— Apocalipsis 22:7
“El que no amare al Señor Jesucristo, sea anatema. El Señor viene”
— 1 Corintios 16:22