“Así que, ya no nos juzguemos más los unos a los otros, sino más bien decidid no poner tropiezo u ocasión de caer al hermano”
— Romanos 14:13
“Hermanos, no murmuréis los unos de los otros. El que murmura del hermano juzga a su hermano, murmura de la ley juzga a la ley; pero si tú juzgas a la ley, no eres hacedor de la ley, sino juez”
— Santiago 4:11
“Como insistieran en preguntarle, se enderezó les dijo: El que de vosotros esté sin pecado sea el primero en arrojar la piedra contra ella”
— Juan 8:7
“No juzguéis, para que no seáis juzgados”
— Mateo 7:1
“El que encubre sus pecados no prosperaráMas el que los confiesa se aparta alcanzará misericordia”
— Proverbios 28:13
“Hermanos, si alguno fuere sorprendido en alguna falta, vosotros que sois espirituales, restauradle con espíritu de mansedumbre, considerándote a ti mismo, no sea que tú también seas tentado”
— Gálatas 6:1
“Quítense de vosotros toda amargura, enojo, ira, gritería maledicencia, toda malicia”
— Efesios 4:31
“Soportándoos unos a otros, perdonándoos unos a otros si alguno tuviere queja contra otro. De la manera que Cristo os perdonó, así también hacedlo vosotros”
— Colosenses 3:13
“Así que, no juzguéis nada antes de tiempo, hasta que venga el Señor, el cual aclarará también lo oculto de las tinieblas, manifestará las intenciones de los corazones; entonces cada uno recibirá su alabanza de Dios”
— 1 Corintios 4:5
“Toda la Escritura es inspirada por Dios, útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia”
— 2 Timoteo 3:16
“Contra ti, contra ti solo he pecadoY he hecho lo malo delante de tus ojosPara que seas reconocido justo en tu palabraY tenido por puro en tu juicio”
— Salmos 51:4
“No juzguéis, no seréis juzgados; no condenéis, no seréis condenados; perdonad, seréis perdonados”
— Lucas 6:37
“Quien cuando le maldecían, no respondía con maldición; cuando padecía, no amenazaba, sino encomendaba la causa al que juzga justamente”
— 1 Pedro 2:23
“La cordura del hombre detiene su furorY su honra es pasar por alto la ofensa”
— Proverbios 19:11
“Que a nadie difamen, que no sean pendencieros, sino amables, mostrando toda mansedumbre para con todos los hombres”
— Tito 3:2
“¿por qué miras la paja que está en el ojo de tu hermano, no echas de ver la viga que está en tu propio ojo?”
— Mateo 7:3
“Uno solo es el dador de la ley, que puede salvar perder; pero tú, ¿quién eres para que juzgues a otro?”
— Santiago 4:12
“Por lo cual eres inexcusable, oh hombre, quienquiera que seas tú que juzgas; pues en lo que juzgas a otro, te condenas a ti mismo; porque tú que juzgas haces lo mismo”
— Romanos 2:1
“Derribando argumentos toda altivez que se levanta contra el conocimiento de Dios, llevando cautivo todo pensamiento a la obediencia a Cristo”
— 2 Corintios 10:5
“Tampoco apliques tu corazón a todas las cosas que se hablan, para que no oigas a tu siervo cuando dice mal de ti”
— Eclesiastés 7:21
“Oh hombre, él te ha declarado lo que es bueno, qué pide Jehová de ti: solamente hacer justicia, amar misericordia, humillarte ante tu Dios”
— Miqueas 6:8
“Deje el impío su camino, el hombre inicuo sus pensamientos, vuélvase a Jehová, el cual tendrá de él misericordia, al Dios nuestro, el cual será amplio en perdonar”
— Isaías 55:7
“Si confesamos nuestros pecados, él es fiel justo para perdonar nuestros pecados, limpiarnos de toda maldad”
— 1 Juan 1:9
“Finalmente, sed todos de un mismo sentir, compasivos, amándoos fraternalmente, misericordiosos, amigables”
— 1 Pedro 3:8
“El que cubre la falta busca amistadMas el que la divulga, aparta al amigo”
— Proverbios 17:9
“Antes sed benignos unos con otros, misericordiosos, perdonándoos unos a otros, como Dios también os perdonó a vosotros en Cristo”
— Efesios 4:32
“Soportándoos unos a otros, perdonándoos unos a otros si alguno tuviere queja contra otro. De la manera que Cristo os perdonó, así también hacedlo vosotros”
— Colosenses 3:13
“Hermanos, no os quejéis unos contra otros, para que no seáis condenados; he aquí, el juez está delante de la puerta”
— Santiago 5:9
“No ha hecho con nosotros conforme a nuestras iniquidadesNi nos ha pagado conforme a nuestros pecados”
— Salmos 103:10
“Mirad por vosotros mismos. Si tu hermano pecare contra ti, repréndele; si se arrepintiere, perdónale. si siete veces al día pecare contra ti, siete veces al día volviere a ti, diciendo: Me arrepiento; perdónale”
— Lucas 17:3-4
“Entonces se le acercó Pedro le dijo: Señor, ¿cuántas veces perdonaré a mi hermano que peque contra mí? ¿Hasta siete? Jesús le dijo: No te digo hasta siete, sino aun hasta setenta veces siete”
— Mateo 18:21-22
“Nada hagáis por contienda o por vanagloria; antes bien con humildad, estimando cada uno a los demás como superiores a él mismo”
— Filipenses 2:3
“He aquí han visto hoy tus ojos cómo Jehová te ha puesto hoy en mis manos en la cueva; me dijeron que te matase, pero te perdoné, porque dije: No extenderé mi mano contra mi señor, porque es el ungido de Jehová”
— 1 Samuel 24:10
“La blanda respuesta quita la iraMas la palabra áspera hace subir el furor”
— Proverbios 15:1
“Por lo demás, hermanos, tened gozo, perfeccionaos, consolaos, sed de un mismo sentir, vivid en paz; el Dios de paz de amor estará con vosotros”
— 2 Corintios 13:11
“Mirad bien, no sea que alguno deje de alcanzar la gracia de Dios; que brotando alguna raíz de amargura, os estorbe, por ella muchos sean contaminados”
— Hebreos 12:15
“Pelea la buena batalla de la fe, echa mano de la vida eterna, a la cual asimismo fuiste llamado, habiendo hecho la buena profesión delante de muchos testigos”
— 1 Timoteo 6:12
“Si alguno dice: Yo amo a Dios, aborrece a su hermano, es mentiroso. Pues el que no ama a su hermano a quien ha visto, ¿cómo puede amar a Dios a quien no ha visto?”
— 1 Juan 4:20
“No os venguéis vosotros mismos, amados míos, sino dejad lugar a la ira de Dios; porque escrito está: Mía es la venganza, yo pagaré, dice el Señor”
— Romanos 12:19
“Igualmente, jóvenes, estad sujetos a los ancianos; todos, sumisos unos a otros, revestíos de humildad; porqueDios resiste a los soberbiosY da gracia a los humildes”
— 1 Pedro 5:5
“Pero la sabiduría que es de lo alto es primeramente pura, después pacífica, amable, benigna, llena de misericordia de buenos frutos, sin incertidumbre ni hipocresía”
— Santiago 3:17
“Mirad que ninguno pague a otro mal por mal; antes seguid siempre lo bueno unos para con otros, para con todos”
— 1 Tesalonicenses 5:15
“Misericordioso clemente es JehováLento para la ira, grande en misericordia”
— Salmos 103:8
“El odio despierta rencillasPero el amor cubrirá todas las faltas”
— Proverbios 10:12
“Sino que siguiendo la verdad en amor, crezcamos en todo en aquel que es la cabeza, esto es, Cristo”
— Efesios 4:15
“Sea vuestra palabra siempre con gracia, sazonada con sal, para que sepáis cómo debéis responder a cada uno”
— Colosenses 4:6
“Por tanto, si traes tu ofrenda al altar, allí te acuerdas de que tu hermano tiene algo contra ti, deja allí tu ofrenda delante del altar, anda, reconcíliate primero con tu hermano, entonces ven presenta tu ofrenda”
— Mateo 5:23-24
“También dijo: Un hombre tenía dos hijos; el menor de ellos dijo a su padre: Padre, dame la parte de los bienes que me corresponde; les repartió los bienes. No muchos días después, juntándolo todo el hijo menor, se fue lejos a una provincia apartada; allí desperdició sus bienes viviendo perdidamente. cuando todo lo hubo malgastado, vino una gran hambre en aquella provincia, comenzó a faltarle. fue se arrimó a uno de los ciudadanos de aquella tierra, el cual le envió a su hacienda para que apacentase cerdos. deseaba llenar su vientre de las algarrobas que comían los cerdos, pero nadie le daba. volviendo en sí, dijo: ¡Cuántos jornaleros en casa de mi padre tienen abundancia de pan, yo aquí perezco de hambre! Me levantaré iré a mi padre, le diré: Padre, he pecado contra el cielo contra ti. Ya no soy digno de ser llamado tu hijo; hazme como a uno de tus jornaleros. levantándose, vino a su padre. cuando aún estaba lejos, lo vio su padre, fue movido a misericordia, corrió, se echó sobre su cuello, le besó. el hijo le dijo: Padre, he pecado contra el cielo contra ti, ya no soy digno de ser llamado tu hijo. Pero el padre dijo a sus siervos: Sacad el mejor vestido, vestidle; poned un anillo en su mano, calzado en sus pies. traed el becerro gordo matadlo, comamos hagamos fiesta; porque este mi hijo muerto era, ha revivido; se había perdido, es hallado. comenzaron a regocijarseY su hijo mayor estaba en el campo; cuando vino, llegó cerca de la casa, oyó la música las danzas; llamando a uno de los criados, le preguntó qué era aquello. Él le dijo: Tu hermano ha venido; tu padre ha hecho matar el becerro gordo, por haberle recibido bueno sano. Entonces se enojó, no quería entrar. Salió por tanto su padre, le rogaba que entrase. Mas él, respondiendo, dijo al padre: He aquí, tantos años te sirvo, no habiéndote desobedecido jamás, nunca me has dado ni un cabrito para gozarme con mis amigos. Pero cuando vino este tu hijo, que ha consumido tus bienes con rameras, has hecho matar para él el becerro gordo. Él entonces le dijo: Hijo, tú siempre estás conmigo, todas mis cosas son tuyas. Mas era necesario hacer fiesta regocijarnos, porque este tu hermano era muerto, ha revivido; se había perdido, es hallado”
— Lucas 15:11-32
“Un mandamiento nuevo os doy: Que os améis unos a otros; como yo os he amado, que también os améis unos a otros”
— Juan 13:34
“No nos hagamos vanagloriosos, irritándonos unos a otros, envidiándonos unos a otros”
— Gálatas 5:26
“Presentándote tú en todo como ejemplo de buenas obras; en la enseñanza mostrando integridad, seriedad”
— Tito 2:7