52 Versículos bíblicos sobre cómo dejar que tu luz brille

Versículos bíblicos sobre cómo dejar que tu luz brille

“Así alumbre vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas obras, glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos”

— Mateo 5:16

“Para que seáis irreprensibles sencillos, hijos de Dios sin mancha en medio de una generación maligna perversa, en medio de la cual resplandecéis como luminares en el mundo”

— Filipenses 2:15

“Porque en otro tiempo erais tinieblas, mas ahora sois luz en el Señor; andad como hijos de luz”

— Efesios 5:8

“Otra vez Jesús les habló, diciendo: Yo soy la luz del mundo; el que me sigue, no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida”

— Juan 8:12

“Vosotros sois la luz del mundo; una ciudad asentada sobre un monte no se puede esconder”

— Mateo 5:14

“Porque todos vosotros sois hijos de luz hijos del día; no somos de la noche ni de las tinieblas”

— 1 Tesalonicenses 5:5

“Nadie que enciende una luz la cubre con una vasija, ni la pone debajo de la cama, sino que la pone en un candelero para que los que entran vean la luz”

— Lucas 8:16

“Porque Dios, que mandó que de las tinieblas resplandeciese la luz, es el que resplandeció en nuestros corazones, para iluminación del conocimiento de la gloria de Dios en la faz de Jesucristo”

— 2 Corintios 4:6

“Levántate, resplandece; porque ha venido tu luz, la gloria de Jehová ha nacido sobre ti”

— Isaías 60:1

“La noche está avanzada, se acerca el día. Desechemos, pues, las obras de las tinieblas, vistámonos las armas de la luz”

— Romanos 13:12

“Pero que ahora ha sido manifestada por la aparición de nuestro Salvador Jesucristo, el cual quitó la muerte sacó a luz la vida la inmortalidad por el evangelio”

— 2 Timoteo 1:10

“Toda buena dádiva todo don perfecto desciende de lo alto, del Padre de las luces, en el cual no hay mudanza, ni sombra de variación”

— Santiago 1:17

“Pero si andamos en luz, como él está en luz, tenemos comunión unos con otros, la sangre de Jesucristo su Hijo nos limpia de todo pecado”

— 1 Juan 1:7

“Jehová es mi luz mi salvación; ¿de quién temeré?Jehová es la fortaleza de mi vida; ¿de quién he de atemorizarme?”

— Salmos 27:1

“Entonces Jesús les dijo: Aún por un poco está la luz entre vosotros; andad entre tanto que tenéis luz, para que no os sorprendan las tinieblas; porque el que anda en tinieblas, no sabe a dónde va”

— Juan 12:35

“El cual nos ha librado de la potestad de las tinieblas, trasladado al reino de su amado Hijo”

— Colosenses 1:13

“Por tanto, id, haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, del Hijo, del Espíritu Santo; enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amén”

— Mateo 28:19-20

“También les dijo: ¿Acaso se trae la luz para ponerla debajo del almud, o debajo de la cama? ¿No es para ponerla en el candelero?”

— Marcos 4:21

“Mas vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios, para que anunciéis las virtudes de aquel que os llamó de las tinieblas a su luz admirable”

— 1 Pedro 2:9

“Presentándote tú en todo como ejemplo de buenas obras; en la enseñanza mostrando integridad, seriedad”

— Tito 2:7

“Si alguno habla, hable conforme a las palabras de Dios; si alguno ministra, ministre conforme al poder que Dios da, para que en todo sea Dios glorificado por Jesucristo, a quien pertenecen la gloria el imperio por los siglos de los siglos. Amén”

— 1 Pedro 4:11

“Porque así nos ha mandado el Señor, diciendoTe he puesto para luz de los gentilesA fin de que seas para salvación hasta lo último de la tierra”

— Hechos 13:47

“Lo que os digo en tinieblas, decidlo en la luz; lo que oís al oído, proclamadlo desde las azoteas”

— Mateo 10:27

“Nadie pone en oculto la luz encendida, ni debajo del almud, sino en el candelero, para que los que entran vean la luz”

— Lucas 11:33

“La ciudad no tiene necesidad de sol ni de luna que brillen en ella; porque la gloria de Dios la ilumina, el Cordero es su lumbrera”

— Apocalipsis 21:23

“La gracia del Señor Jesucristo, el amor de Dios, la comunión del Espíritu Santo sean con todos vosotros. Amén”

— 2 Corintios 13:14

“Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza; contra tales cosas no hay ley”

— Gálatas 5:22-23

“Lámpara es a mis pies tu palabraY lumbrera a mi camino”

— Salmos 119:105

“Cada uno según el don que ha recibido, minístrelo a los otros, como buenos administradores de la multiforme gracia de Dios”

— 1 Pedro 4:10

“De hacer bien de la ayuda mutua no os olvidéis; porque de tales sacrificios se agrada Dios”

— Hebreos 13:16

“La palabra de Cristo more en abundancia en vosotros, enseñándoos exhortándoos unos a otros en toda sabiduría, cantando con gracia en vuestros corazones al Señor con salmos himnos cánticos espirituales”

— Colosenses 3:16

“Por tanto, nosotros todos, mirando a cara descubierta como en un espejo la gloria del Señor, somos transformados de gloria en gloria en la misma imagen, como por el Espíritu del Señor”

— 2 Corintios 3:18

“Para que os dé, conforme a las riquezas de su gloria, el ser fortalecidos con poder en el hombre interior por su Espíritu; para que habite Cristo por la fe en vuestros corazones, a fin de que, arraigados cimentados en amor, seáis plenamente capaces de comprender con todos los santos cuál sea la anchura, la longitud, la profundidad la altura, de conocer el amor de Cristo, que excede a todo conocimiento, para que seáis llenos de toda la plenitud de Dios”

— Efesios 3:16-19

“Procura con diligencia presentarte a Dios aprobado, como obrero que no tiene de qué avergonzarse, que usa bien la palabra de verdad”

— 2 Timoteo 2:15

“Sin embargo, os escribo un mandamiento nuevo, que es verdadero en él en vosotros, porque las tinieblas van pasando, la luz verdadera ya alumbra”

— 1 Juan 2:8

“La lámpara del cuerpo es el ojo; así que, si tu ojo es bueno, todo tu cuerpo estará lleno de luz”

— Mateo 6:22

“En lo que requiere diligencia, no perezosos; fervientes en espíritu, sirviendo al Señor”

— Romanos 12:11

“Ahora permanecen la fe, la esperanza el amor, estos tres; pero el mayor de ellos es el amor”

— 1 Corintios 13:13

“Palabra fiel es esta, en estas cosas quiero que insistas con firmeza, para que los que creen en Dios procuren ocuparse en buenas obras. Estas cosas son buenas útiles a los hombres”

— Tito 3:8

“En mi corazón he guardado tus dichosPara no pecar contra ti”

— Salmos 119:11

“Mas la senda de los justos es como la luz de la auroraQue va en aumento hasta que el día es perfecto”

— Proverbios 4:18

“Luz para revelación a los gentilesY gloria de tu pueblo Israel”

— Lucas 2:32

“No habrá allí más noche; no tienen necesidad de luz de lámpara, ni de luz del sol, porque Dios el Señor los iluminará; reinarán por los siglos de los siglos”

— Apocalipsis 22:5

“Hermanos míos, que vuestra fe en nuestro glorioso Señor Jesucristo sea sin acepción de personas”

— Santiago 2:1

“Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en mí, yo en él, este lleva mucho fruto; porque separados de mí nada podéis hacer”

— Juan 15:5

“Entonces les tocó los ojos, diciendo: Conforme a vuestra fe os sea hecho”

— Mateo 9:29

“Por tanto, ceñid los lomos de vuestro entendimiento, sed sobrios, esperad por completo en la gracia que se os traerá cuando Jesucristo sea manifestado”

— 1 Pedro 1:13

“Yo Jehová te he llamado en justicia, te sostendré por la mano; te guardaré te pondré por pacto al pueblo, por luz de las naciones”

— Isaías 42:6

“Ahora, hermanos, os encomiendo a Dios, a la palabra de su gracia, que tiene poder para sobreedificaros daros herencia con todos los santificados”

— Hechos 20:32

“Poderoso es Dios para hacer que abunde en vosotros toda gracia, a fin de que, teniendo siempre en todas las cosas todo lo suficiente, abundéis para toda buena obra”

— 2 Corintios 9:8

“Andad sabiamente para con los de afuera, redimiendo el tiempo”

— Colosenses 4:5

“Tan grande es nuestro afecto por vosotros, que hubiéramos querido entregaros no solo el evangelio de Dios, sino también nuestras propias vidas; porque habéis llegado a sernos muy queridos”

— 1 Tesalonicenses 2:8