“En mi angustia invoqué a Jehováclamé a mi DiosÉl oyó mi voz desde su temploY mi clamor llegó delante de él, a sus oídos”
— Salmos 18:6
“Claman los justos, Jehová oyeY los libra de todas sus angustias”
— Salmos 34:17
“Invócame en el día de la angustiaTe libraré, tú me honrarás”
— Salmos 50:15
“En cuanto a mí, a Dios clamaréJehová me salvaráTarde mañana a mediodía oraré clamaréél oirá mi voz”
— Salmos 55:16-17
“Oye, oh Dios, mi clamorA mi oración atiendeDesde el cabo de la tierra clamaré a ti, cuando mi corazón desmayareLlévame a la roca que es más alta que yo”
— Salmos 61:1-2
“Mas ciertamente me escuchó DiosAtendió a la voz de mi súplicaBendito sea DiosQue no echó de sí mi oración, ni de mí su misericordia”
— Salmos 66:19-20
“En el día de mi angustia te llamaréPorque tú me respondes”
— Salmos 86:7
“Me invocará, yo le responderéCon él estaré yo en la angustiaLo libraré le glorificaré”
— Salmos 91:15
“Luego que clamaron a Jehová en su angustiaLos libró de sus aflicciones”
— Salmos 107:13
“Amo a Jehová, pues ha oídoMi voz mis súplicasPorque ha inclinado a mí su oídoPor tanto, le invocaré en todos mis días”
— Salmos 116:1-2
“Desde la angustia invoqué a JAHY me respondió JAH, poniéndome en lugar espacioso”
— Salmos 118:5
“A Jehová clamé estando en angustiaY él me respondió”
— Salmos 120:1
“De lo profundo, oh Jehová, a ti clamoSeñor, oye mi vozEstén atentos tus oídosA la voz de mi súplica”
— Salmos 130:1-2
“El día que clamé, me respondisteMe fortaleciste con vigor en mi alma”
— Salmos 138:3
“Los afligidos menesterosos buscan las aguas, no las hay; seca está de sed su lengua; yo Jehová los oiré, yo el Dios de Israel no los desampararé”
— Isaías 41:17
“Desde el siglo he callado, he guardado silencio, me he detenido; daré voces como la que está de parto; asolaré devoraré juntamente”
— Isaías 42:14
“Hazme recordar, entremos en juicio juntamente; habla tú para justificarte”
— Isaías 43:26
“Buscad a Jehová mientras puede ser hallado, llamadle en tanto que está cercano”
— Isaías 55:6
“Clama a mí, yo te responderé, te enseñaré cosas grandes ocultas que tú no conoces”
— Jeremías 33:3
“Invoqué tu nombre, oh Jehová, desde la cárcel profundaOíste mi voz; no escondas tu oído al clamor de mis suspiros”
— Lamentaciones 3:55-56
“Por un profeta Jehová hizo subir a Israel de Egipto, por un profeta fue guardado”
— Oseas 12:13
“Todo aquel que invocare el nombre de Jehová será salvo; porque en el monte de Sion en Jerusalén habrá salvación, como ha dicho Jehová, entre el remanente al cual él habrá llamado”
— Joel 2:32
“DijoInvoqué en mi angustia a Jehová, él me oyóDesde el seno del Seol clamémi voz oíste”
— Jonás 2:2
“Mas yo a Jehová miraré, esperaré al Dios de mi salvación; el Dios mío me oirá”
— Miqueas 7:7
“Pedid, se os dará; buscad, hallaréis; llamad, se os abrirá”
— Mateo 7:7
“Venid a mí todos los que estáis trabajados cargados, yo os haré descansar”
— Mateo 11:28
“Yendo un poco adelante, se postró sobre su rostro, orando diciendo: Padre mío, si es posible, pase de mí esta copa; pero no sea como yo quiero, sino como tú”
— Mateo 26:39
“Entonces vinieron a Jericó; al salir de Jericó él sus discípulos una gran multitud, Bartimeo el ciego, hijo de Timeo, estaba sentado junto al camino mendigando. oyendo que era Jesús nazareno, comenzó a dar voces a decir: ¡Jesús, Hijo de David, ten misericordia de mí! muchos le reprendían para que callase, pero él clamaba mucho más: ¡Hijo de David, ten misericordia de mí! Entonces Jesús, deteniéndose, mandó llamarle; llamaron al ciego, diciéndole: Ten confianza; levántate, te llama. Él entonces, arrojando su capa, se levantó vino a Jesús. Respondiendo Jesús, le dijo: ¿Qué quieres que te haga? el ciego le dijo: Maestro, que recobre la vista. Jesús le dijo: Vete, tu fe te ha salvado. en seguida recobró la vista, seguía a Jesús en el camino”
— Marcos 10:46-52
“A la hora novena Jesús clamó a gran voz, diciendo: Eloi, Eloi, ¿lama sabactani? que traducido es: Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado?”
— Marcos 15:34
“¿acaso Dios no hará justicia a sus escogidos, que claman a él día noche? ¿Se tardará en responderles? Os digo que pronto les hará justicia. Pero cuando venga el Hijo del Hombre, ¿hallará fe en la tierra?”
— Lucas 18:7-8
“Dijo a Jesús: Acuérdate de mí cuando vengas en tu reino. Entonces Jesús le dijo: De cierto te digo que hoy estarás conmigo en el paraíso”
— Lucas 23:42-43
“Todo lo que pidiereis al Padre en mi nombre, lo haré, para que el Padre sea glorificado en el Hijo. Si algo pidiereis en mi nombre, yo lo haré”
— Juan 14:13-14
“Hasta ahora nada habéis pedido en mi nombre; pedid, recibiréis, para que vuestro gozo sea cumplido”
— Juan 16:24
“Pero a medianoche, orando Pablo Silas, cantaban himnos a Dios; los presos los oían”
— Hechos 16:25
“Varones hermanos padres, oíd ahora mi defensa ante vosotros”
— Hechos 22:1
“De igual manera el Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad; pues qué hemos de pedir como conviene, no lo sabemos, pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos indecibles”
— Romanos 8:26
“Porque todo aquel que invocare el nombre del Señor, será salvo”
— Romanos 10:13
“Me ha dicho: Bástate mi gracia; porque mi poder se perfecciona en la debilidad. Por tanto, de buena gana me gloriaré más bien en mis debilidades, para que repose sobre mí el poder de Cristo”
— 2 Corintios 12:9
“A Aquel que es poderoso para hacer todas las cosas mucho más abundantemente de lo que pedimos o entendemos, según el poder que actúa en nosotros”
— Efesios 3:20
“Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración ruego, con acción de gracias”
— Filipenses 4:6
“Acerquémonos, pues, confiadamente al trono de la gracia, para alcanzar misericordia hallar gracia para el oportuno socorro”
— Hebreos 4:16
“Sean vuestras costumbres sin avaricia, contentos con lo que tenéis ahora; porque él dijo: No te desampararé, ni te dejaré”
— Hebreos 13:5
“¿Está alguno entre vosotros afligido? Haga oración. ¿Está alguno alegre? Cante alabanzas”
— Santiago 5:13
“Echando toda vuestra ansiedad sobre él, porque él tiene cuidado de vosotros”
— 1 Pedro 5:7
“El Espíritu la Esposa dicen: Ven. el que oye, diga: Ven. el que tiene sed, venga; el que quiera, tome del agua de la vida gratuitamente”
— Apocalipsis 22:17