“También vimos allí gigantes, hijos de Anac, raza de los gigantes, éramos nosotros, a nuestro parecer, como langostas; así les parecíamos a ellos”
— Números 13:33
“Por gigantes eran ellos tenidos también, como los hijos de Anac; los moabitas los llaman emitas”
— Deuteronomio 2:11
“Porque únicamente Og rey de Basán había quedado del resto de los gigantes. Su cama, una cama de hierro, ¿no está en Rabá de los hijos de Amón? La longitud de ella es de nueve codos, su anchura de cuatro codos, según el codo de un hombre”
— Deuteronomio 3:11
“También en aquel tiempo vino Josué destruyó a los anaceos de los montes de Hebrón, de Debir, de Anab, de todos los montes de Judá de todos los montes de Israel; Josué los destruyó a ellos a sus ciudades”
— Josué 11:21
“Mas el nombre de Hebrón fue antes Quiriat-arba; porque Arba fue un hombre grande entre los anaceos. la tierra descansó de la guerra”
— Josué 14:15
“Caleb echó de allí a los tres hijos de Anac, a Sesai, Ahimán Talmai, hijos de Anac”
— Josué 15:14
“Josué les respondió: Si sois pueblo tan grande, subid al bosque, haceos desmontes allí en la tierra de los ferezeos de los refaítas, ya que el monte de Efraín es estrecho para vosotros”
— Josué 17:15
“Salió entonces del campamento de los filisteos un paladín, el cual se llamaba Goliat, de Gat, tenía de altura seis codos un palmo”
— 1 Samuel 17:4
“Venía, pues, aquel filisteo por la mañana por la tarde, así lo hizo durante cuarenta días”
— 1 Samuel 17:16
“Dijo David a Saúl: No desmaye el corazón de ninguno a causa de él; tu siervo irá peleará contra este filisteo”
— 1 Samuel 17:32
“Añadió David: Jehová, que me ha librado de las garras del león de las garras del oso, él también me librará de la mano de este filisteo. dijo Saúl a David: Ve, Jehová esté contigo”
— 1 Samuel 17:37
“Isbi-benob, uno de los descendientes de los gigantes, cuya lanza pesaba trescientos siclos de bronce, quien estaba ceñido con una espada nueva, trató de matar a David”
— 2 Samuel 21:16
“Otra segunda guerra hubo después en Gob contra los filisteos; entonces Sibecai husatita mató a Saf, quien era uno de los descendientes de los gigantes”
— 2 Samuel 21:18
“Después hubo otra guerra en Gat, donde había un hombre de gran estatura, el cual tenía doce dedos en las manos, otros doce en los pies, veinticuatro por todos; también era descendiente de los gigantes”
— 2 Samuel 21:20
“Estos cuatro eran descendientes de los gigantes en Gat, los cuales cayeron por mano de David por mano de sus siervos”
— 2 Samuel 21:22
“Después de esto aconteció que se levantó guerra en Gezer contra los filisteos; Sibecai husatita mató a Sipai, de los descendientes de los gigantes; fueron humillados”
— 1 Crónicas 20:4
“Volvió a haber guerra en Gat, donde había un hombre de grande estatura, el cual tenía seis dedos en pies manos, veinticuatro por todos; era descendiente de los gigantes”
— 1 Crónicas 20:6
“Estos eran descendientes de los gigantes en Gat, los cuales cayeron por mano de David de sus siervos”
— 1 Crónicas 20:8
“Las sombras tiemblan en lo profundoLos mares cuanto en ellos mora”
— Job 26:5
“Al oír de mí me obedecieronLos hijos de extraños se sometieron a mí”
— Salmos 18:44
“Para que nos quebrantases en el lugar de chacalesY nos cubrieses con sombra de muerte”
— Salmos 44:19
“Movió el solano en el cieloY trajo con su poder el viento sur”
— Salmos 78:26
“En sus palacios aullarán hienas, chacales en sus casas de deleite; cercano a llegar está su tiempo, sus días no se alargarán”
— Isaías 13:22
“En sus alcázares crecerán espinos, ortigas cardos en sus fortalezas; serán morada de chacales, patio para los pollos de los avestruces”
— Isaías 34:13
“Fuiste al rey con ungüento, multiplicaste tus perfumes, enviaste tus embajadores lejos, te abatiste hasta la profundidad del Seol”
— Isaías 57:9
“Hijo de hombre, levanta endechas sobre Faraón rey de Egipto, dile: A leoncillo de naciones eres semejante, eres como el dragón en los mares; pues secabas tus ríos, enturbiabas las aguas con tus pies, hollabas sus riberas”
— Ezequiel 32:2
“De en medio del Seol hablarán a él los fuertes de los fuertes, con los que le ayudaron, que descendieron yacen con los incircuncisos muertos a espada”
— Ezequiel 32:21
“Sus sepulcros fueron puestos a los lados de la fosa, su gente está por los alrededores de su sepulcro; todos ellos cayeron muertos a espada, los cuales sembraron el terror en la tierra de los vivientes”
— Ezequiel 32:23
“Allí Mesec Tubal, toda su multitud; sus sepulcros en sus alrededores; todos ellos incircuncisos, muertos a espada, porque habían sembrado su terror en la tierra de los vivientes”
— Ezequiel 32:26
“En los días de estos reyes el Dios del cielo levantará un reino que no será jamás destruido, ni será el reino dejado a otro pueblo; desmenuzará consumirá a todos estos reinos, pero él permanecerá para siempre”
— Daniel 2:44
“Asimismo acerca de los diez cuernos que tenía en su cabeza, del otro que le había salido, delante del cual habían caído tres; este mismo cuerno tenía ojos, boca que hablaba grandes cosas, parecía más grande que sus compañeros”
— Daniel 7:20
“Dijo así: La cuarta bestia será un cuarto reino en la tierra, el cual será diferente de todos los otros reinos, a toda la tierra devorará, trillará despedazará”
— Daniel 7:23
“Los diez cuernos significan que de aquel reino se levantarán diez reyes; tras ellos se levantará otro, el cual será diferente de los primeros, a tres reyes derribará”
— Daniel 7:24
“¿Qué Dios como tú, que perdona la maldad, olvida el pecado del remanente de su heredad? No retuvo para siempre su enojo, porque se deleita en misericordia”
— Miqueas 7:18
“¿Eres tú mejor que Tebas, que estaba asentada junto al Nilo, rodeada de aguas, cuyo baluarte era el mar, aguas por muro?”
— Nahúm 3:8
“Yo he oído las afrentas de Moab, los denuestos de los hijos de Amón con que deshonraron a mi pueblo, se engrandecieron sobre su territorio”
— Sofonías 2:8
“Entonces acamparé alrededor de mi casa como un guarda, para que ninguno vaya ni venga, no pasará más sobre ellos el opresor; porque ahora miraré con mis ojos”
— Zacarías 9:8
“Jesús les dijo: Por vuestra poca fe; porque de cierto os digo, que si tuviereis fe como un grano de mostaza, diréis a este monte: Pásate de aquí allá, se pasará; nada os será imposible”
— Mateo 17:20
“Respondiendo Jesús, les dijo: De cierto os digo, que si tuviereis fe, no dudareis, no solo haréis esto de la higuera, sino que si a este monte dijereis: Quítate échate en el mar, será hecho”
— Mateo 21:21
“Porque de cierto os digo que cualquiera que dijere a este monte: Quítate échate en el mar, no dudare en su corazón, sino creyere que será hecho lo que dice, lo que diga le será hecho”
— Marcos 11:23
“Porque nada hay imposible para Dios”
— Lucas 1:37
“Mirad mis manos mis pies, que yo mismo soy; palpad, ved; porque un espíritu no tiene carne ni huesos, como veis que yo tengo”
— Lucas 24:39
“Jesús le dijo: Porque me has visto, Tomás, creíste; bienaventurados los que no vieron, creyeron”
— Juan 20:29
“Habiendo destruido siete naciones en la tierra de Canaán, les dio en herencia su territorio”
— Hechos 13:19
“Pero no hallándolos, trajeron a Jasón a algunos hermanos ante las autoridades de la ciudad, gritando: Estos que trastornan el mundo entero también han venido acá”
— Hechos 17:6
“De una sangre ha hecho todo el linaje de los hombres, para que habiten sobre toda la faz de la tierra; les ha prefijado el orden de los tiempos, los límites de su habitación”
— Hechos 17:26
“No toda carne es la misma carne, sino que una carne es la de los hombres, otra carne la de las bestias, otra la de los peces, otra la de las aves”
— 1 Corintios 15:39
“Apagaron fuegos impetuosos, evitaron filo de espada, sacaron fuerzas de debilidad, se hicieron fuertes en batallas, pusieron en fuga ejércitos extranjeros”
— Hebreos 11:34
“Después hubo una gran batalla en el cielo: Miguel sus ángeles luchaban contra el dragón; luchaban el dragón sus ángeles”
— Apocalipsis 12:7
“Adoraron al dragón que había dado autoridad a la bestia, adoraron a la bestia, diciendo: ¿Quién como la bestia, quién podrá luchar contra ella?”
— Apocalipsis 13:4
“Se le permitió hacer guerra contra los santos, vencerlos. También se le dio autoridad sobre toda tribu, pueblo, lengua nación”
— Apocalipsis 13:7
“La bestia que has visto, era, no es; está para subir del abismo ir a perdición; los moradores de la tierra, aquellos cuyos nombres no están escritos desde la fundación del mundo en el libro de la vida, se asombrarán viendo la bestia que era no es, será”
— Apocalipsis 17:8
“La bestia que era, no es, es también el octavo; es de entre los siete, va a la perdición”
— Apocalipsis 17:11
“Saldrá a engañar a las naciones que están en los cuatro ángulos de la tierra, a Gog a Magog, a fin de reunirlos para la batalla; el número de los cuales es como la arena del mar”
— Apocalipsis 20:8
“Vino entonces a mí uno de los siete ángeles que tenían las siete copas llenas de las siete plagas postreras, habló conmigo, diciendo: Ven acá, yo te mostraré la desposada, la esposa del Cordero”
— Apocalipsis 21:9
“Tenía un muro grande alto con doce puertas; en las puertas, doce ángeles, nombres inscritos, que son los de las doce tribus de los hijos de Israel”
— Apocalipsis 21:12
“Midió su muro, ciento cuarenta cuatro codos, de medida de hombre, la cual es de ángel”
— Apocalipsis 21:17
“El material de su muro era de jaspe; pero la ciudad era de oro puro, semejante al vidrio limpio”
— Apocalipsis 21:18
“Las doce puertas eran doce perlas; cada una de las puertas era una perla. la calle de la ciudad era de oro puro, transparente como vidrio”
— Apocalipsis 21:21
“No vi en ella templo; porque el Señor Dios Todopoderoso es el templo de ella, el Cordero”
— Apocalipsis 21:22
“Después me mostró un río limpio de agua de vida, resplandeciente como cristal, que salía del trono de Dios del Cordero”
— Apocalipsis 22:1
“En medio de la calle de la ciudad, a uno otro lado del río, estaba el árbol de la vida, que produce doce frutos, dando cada mes su fruto; las hojas del árbol eran para la sanidad de las naciones”
— Apocalipsis 22:2
“Bienaventurados los que lavan sus ropas, para tener derecho al árbol de la vida, para entrar por las puertas en la ciudad”
— Apocalipsis 22:14