52 Versículos bíblicos sobre que los sacerdotes no se casan

Versículos bíblicos sobre que los sacerdotes no se casan

“Con mujer ramera o infame no se casarán, ni con mujer repudiada de su marido; porque el sacerdote es santo a su Dios”

— Levítico 21:7

“Digo, pues, a los solteros a las viudas, que bueno les fuera quedarse como yo”

— 1 Corintios 7:8

“Pues hay eunucos que nacieron así del vientre de su madre, hay eunucos que son hechos eunucos por los hombres, hay eunucos que a sí mismos se hicieron eunucos por causa del reino de los cielos. El que sea capaz de recibir esto, que lo reciba”

— Mateo 19:12

“Pero es necesario que el obispo sea irreprensible, marido de una sola mujer, sobrio, prudente, decoroso, hospedador, apto para enseñar”

— 1 Timoteo 3:2

“El que fuere irreprensible, marido de una sola mujer, tenga hijos creyentes que no estén acusados de disolución ni de rebeldía”

— Tito 1:6

“No tomará viuda, ni repudiada, ni infame, ni ramera, sino tomará de su pueblo una virgen por mujer”

— Levítico 21:14

“¿No tenemos derecho de traer con nosotros una hermana por mujer como también los otros apóstoles, los hermanos del Señor, Cefas?”

— 1 Corintios 9:5

“Porque en la resurrección ni se casarán ni se darán en casamiento, sino serán como los ángeles de Dios en el cielo”

— Mateo 22:30

“Porque cuando resuciten de los muertos, ni se casarán ni se darán en casamiento, sino serán como los ángeles que están en los cielos”

— Marcos 12:25

“Entonces respondiendo Jesús, les dijo: Los hijos de este siglo se casan, se dan en casamiento; mas los que fueren tenidos por dignos de alcanzar aquel siglo la resurrección de entre los muertos, ni se casan, ni se dan en casamiento”

— Lucas 20:34-35

“Quisiera, pues, que estuvieseis sin congoja. El soltero tiene cuidado de las cosas del Señor, de cómo agradar al Señor; pero el casado tiene cuidado de las cosas del mundo, de cómo agradar a su mujer. Hay asimismo diferencia entre la casada la doncella. La doncella tiene cuidado de las cosas del Señor, para ser santa así en cuerpo como en espíritu; pero la casada tiene cuidado de las cosas del mundo, de cómo agradar a su marido”

— 1 Corintios 7:32-34

“Así que, si en vida del marido se uniere a otro varón, será llamada adúltera; pero si su marido muriere, es libre de esa ley, de tal manera que si se uniere a otro marido, no será adúltera”

— Romanos 7:3

“La mujer casada está ligada por la ley mientras su marido vive; pero si su marido muriere, libre es para casarse con quien quiera, con tal que sea en el Señor”

— 1 Corintios 7:39

“No os unáis en yugo desigual con los incrédulos; porque ¿qué compañerismo tiene la justicia con la injusticia? ¿qué comunión la luz con las tinieblas?”

— 2 Corintios 6:14

“Porque el marido es cabeza de la mujer, así como Cristo es cabeza de la iglesia, la cual es su cuerpo, él es su Salvador”

— Efesios 5:23

“Sin padre, sin madre, sin genealogía; que ni tiene principio de días, ni fin de vida, sino hecho semejante al Hijo de Dios, permanece sacerdote para siempre”

— Hebreos 7:3

“Así también Cristo fue ofrecido una sola vez para llevar los pecados de muchos; aparecerá por segunda vez, sin relación con el pecado, para salvar a los que le esperan”

— Hebreos 9:28

“Estos son los que no se contaminaron con mujeres, pues son vírgenes. Estos son los que siguen al Cordero por dondequiera que va. Estos fueron redimidos de entre los hombres como primicias para Dios para el Cordero”

— Apocalipsis 14:4

“Tomará por esposa a una mujer virgen. No tomará viuda, ni repudiada, ni infame, ni ramera, sino tomará de su pueblo una virgen por mujer”

— Levítico 21:13-14

“Sea puesta en la lista solo la viuda no menor de sesenta años, que haya sido esposa de un solo marido, que tenga testimonio de buenas obras; si ha criado hijos; si ha practicado la hospitalidad; si ha lavado los pies de los santos; si ha socorrido a los afligidos; si ha practicado toda buena obra”

— 1 Timoteo 5:9-10

“Vosotros, maridos, igualmente, vivid con ellas sabiamente, dando honor a la mujer como a vaso más frágil, como a coherederas de la gracia de la vida, para que vuestras oraciones no tengan estorbo”

— 1 Pedro 3:7

“Al otro día, saliendo Pablo los que con él estábamos, fuimos a Cesarea; entrando en casa de Felipe el evangelista, que era uno de los siete, posamos con él. Este tenía cuatro hijas doncellas que profetizaban”

— Hechos 21:8-9

“¿No tenemos derecho de traer con nosotros una hermana por mujer como también los otros apóstoles, los hermanos del Señor, Cefas?”

— 1 Corintios 9:5

“El sumo sacerdote entre sus hermanos, sobre cuya cabeza fue derramado el aceite de la unción, que fue consagrado para llevar las vestiduras, no descubrirá su cabeza, ni rasgará sus vestidos”

— Levítico 21:10

“Entonces Jesús le dijo: Mira, no lo digas a nadie; sino ve, muéstrate al sacerdote, presenta la ofrenda que ordenó Moisés, para testimonio a ellos”

— Mateo 8:4

“Diciendo: ¡Ah! ¿qué tienes con nosotros, Jesús nazareno? ¿Has venido para destruirnos? Sé quién eres, el Santo de Dios”

— Marcos 1:24

“Sucedió que estando él en una de las ciudades, se presentó un hombre lleno de lepra, el cual, viendo a Jesús, se postró con el rostro en tierra le rogó, diciendo: Señor, si quieres, puedes limpiarme. Entonces, extendiendo él la mano, le tocó, diciendo: Quiero; sé limpio. al instante la lepra se fue de él”

— Lucas 5:12-13

“Vino, pues, Jesús otra vez a Caná de Galilea, donde había convertido el agua en vino. había en Capernaum un oficial del rey, cuyo hijo estaba enfermo. Este, cuando oyó que Jesús había llegado de Judea a Galilea, vino a él le rogó que descendiese sanase a su hijo, que estaba a punto de morir. Entonces Jesús le dijo: Si no viereis señales prodigios, no creeréis. El oficial del rey le dijo: Señor, desciende antes que mi hijo muera. Jesús le dijo: Ve, tu hijo vive. el hombre creyó la palabra que Jesús le dijo, se fue. Cuando ya él descendía, sus siervos salieron a recibirle, le dieron nuevas, diciendo: Tu hijo vive. Entonces él les preguntó a qué hora había comenzado a estar mejor. le dijeron: Ayer a las siete le dejó la fiebre. El padre entonces entendió que aquella era la hora en que Jesús le había dicho: Tu hijo vive; creyó él con toda su casa. Esta segunda señal hizo Jesús, cuando fue de Judea a Galilea”

— Juan 4:46-54

“Fue entonces Ananías entró en la casa, poniendo sobre él las manos, dijo: Hermano Saulo, el Señor Jesús, que se te apareció en el camino por donde venías, me ha enviado para que recibas la vista seas lleno del Espíritu Santo. al momento le cayeron de los ojos como escamas, recibió al instante la vista; levantándose, fue bautizado”

— Hechos 9:17-18

“Al día siguiente, mientras ellos iban por el camino se acercaban a la ciudad, Pedro subió a la azotea para orar, cerca de la hora sexta. tuvo gran hambre, quiso comer; pero mientras le preparaban algo, le sobrevino un éxtasis; vio el cielo abierto, que descendía algo semejante a un gran lienzo, que atado de las cuatro puntas era bajado a la tierra; en el cual había de todos los cuadrúpedos terrestres reptiles aves del cielo. le vino una voz: Levántate, Pedro, mata come. Entonces Pedro dijo: Señor, no; porque ninguna cosa común o inmunda he comido jamás. Volvió la voz a él la segunda vez: Lo que Dios limpió, no lo llames tú común. Esto se hizo tres veces; aquel lienzo volvió a ser recogido en el cielo”

— Hechos 10:9-16

“Entonces una mujer llamada Lidia, vendedora de púrpura, de la ciudad de Tiatira, que adoraba a Dios, estaba oyendo; el Señor abrió el corazón de ella para que estuviese atenta a lo que Pablo decía. cuando fue bautizada, su familia, nos rogó diciendo: Si habéis juzgado que yo sea fiel al Señor, entrad en mi casa, posad. nos obligó a quedarnos”

— Hechos 16:14-15

“Crispo, el principal de la sinagoga, creyó en el Señor con toda su casa; muchos de los corintios, oyendo, creían eran bautizados. Entonces el Señor dijo a Pablo en visión de noche: No temas, sino habla, no calles; porque yo estoy contigo, ninguno pondrá sobre ti la mano para hacerte mal, porque yo tengo mucho pueblo en esta ciudad. se detuvo allí un año seis meses, enseñándoles la palabra de Dios”

— Hechos 18:8-11

“Este tenía cuatro hijas doncellas que profetizaban. permaneciendo nosotros allí algunos días, descendió de Judea un profeta llamado Agabo”

— Hechos 21:9-10

“Porque os celo con celo de Dios; pues os he desposado con un solo esposo, para presentaros como una virgen pura a Cristo”

— 2 Corintios 11:2

“Hijos, obedeced en el Señor a vuestros padres, porque esto es justo. Honra a tu padre a tu madre, que es el primer mandamiento con promesa; para que te vaya bien, seas de larga vida sobre la tierra”

— Efesios 6:1-3

“Todo lo que a mí se refiere, os lo hará saber Tíquico, amado hermano fiel ministro consiervo en el Señor”

— Colosenses 4:7

“No descuides el don que hay en ti, que te fue dado mediante profecía con la imposición de las manos del presbiterio”

— 1 Timoteo 4:14

“Procura venir antes del invierno. Eubulo te saluda, Pudente, Lino, Claudia todos los hermanos”

— 2 Timoteo 4:21

“Las ancianas asimismo sean reverentes en su porte; no calumniadoras, no esclavas del vino, maestras del bien; que enseñen a las mujeres jóvenes a amar a sus maridos a sus hijos, a ser prudentes, castas, cuidadosas de su casa, buenas, sujetas a sus maridos, para que la palabra de Dios no sea blasfemada”

— Tito 2:3-5

“Cada uno según el don que ha recibido, minístrelo a los otros, como buenos administradores de la multiforme gracia de Dios. Si alguno habla, hable conforme a las palabras de Dios; si alguno ministra, ministre conforme al poder que Dios da, para que en todo sea Dios glorificado por Jesucristo, a quien pertenecen la gloria el imperio por los siglos de los siglos. Amén”

— 1 Pedro 4:10-11

“Estos son los que no se contaminaron con mujeres, pues son vírgenes. Estos son los que siguen al Cordero por dondequiera que va. Estos fueron redimidos de entre los hombres como primicias para Dios para el Cordero”

— Apocalipsis 14:4

“Pero el que está firme en su corazón, sin tener necesidad, sino que es dueño de su propia voluntad, ha resuelto en su corazón guardar a su hija virgen, bien hace”

— 1 Corintios 7:37

“Sea puesta en la lista solo la viuda no menor de sesenta años, que haya sido esposa de un solo marido”

— 1 Timoteo 5:9

“Ni entrará donde haya alguna persona muerta; ni por su padre ni por su madre se contaminará”

— Levítico 21:11

“No sea hallado en ti quien haga pasar a su hijo o a su hija por el fuego, ni quien practique adivinación, ni agorero, ni sortílego, ni hechicero, ni encantador, ni adivino, ni mago, ni quien consulte a los muertos. Porque es abominación para con Jehová cualquiera que hace estas cosas, por estas abominaciones Jehová tu Dios echa estas naciones de delante de ti”

— Deuteronomio 18:10-12

“Porque así dijo Jehová: A los eunucos que guarden mis días de reposo, escojan lo que yo quiero, abracen mi pacto, yo les daré lugar en mi casa dentro de mis muros, nombre mejor que el de hijos hijas; nombre perpetuo les daré, que nunca perecerá”

— Isaías 56:4-5

“No tomarás para ti mujer, ni tendrás hijos ni hijas en este lugar”

— Jeremías 16:2

“Digo, pues, a los solteros a las viudas, que bueno les fuera quedarse como yo”

— 1 Corintios 7:8

“Finalmente, sed todos de un mismo sentir, compasivos, amándoos fraternalmente, misericordiosos, amigables; no devolviendo mal por mal, ni maldición por maldición, sino por el contrario, bendiciendo, sabiendo que fuisteis llamados para que heredaseis bendición”

— 1 Pedro 3:8-9

“La religión pura sin mácula delante de Dios el Padre es esta: Visitar a los huérfanos a las viudas en sus tribulaciones, guardarse sin mancha del mundo”

— Santiago 1:27

“Los diáconos asimismo deben ser honestos, sin doblez, no dados a mucho vino, no codiciosos de ganancias deshonestas”

— 1 Timoteo 3:8

“Los diáconos sean maridos de una sola mujer, que gobiernen bien sus hijos sus casas”

— 1 Timoteo 3:12