39 Versículos bíblicos sobre orar por los muertos

Versículos bíblicos sobre orar por los muertos

“Aconteció que al día siguiente dijo Moisés al pueblo: Vosotros habéis cometido un gran pecado, pero yo subiré ahora a Jehová; quizá le aplacaré acerca de vuestro pecado”

— Éxodo 32:30

“Se puso entre los muertos los vivos; cesó la mortandad”

— Números 16:48

“Mas ahora que ha muerto, ¿para qué he de ayunar? ¿Podré yo hacerle volver? Yo voy a él, mas él no volverá a mí”

— 2 Samuel 12:23

“Acontecía que habiendo pasado en turno los días del convite, Job enviaba los santificaba, se levantaba de mañana ofrecía holocaustos conforme al número de todos ellos. Porque decía Job: Quizá habrán pecado mis hijos, habrán blasfemado contra Dios en sus corazones. De esta manera hacía todos los días”

— Job 1:5

“Si el hombre muriere, ¿volverá a vivir?Todos los días de mi edad esperaréHasta que venga mi liberación”

— Job 14:14

“Yo sé que mi Redentor viveY al fin se levantará sobre el polvoY después de deshecha esta mi pielEn mi carne he de ver a DiosAl cual veré por mí mismoY mis ojos lo verán, no otroAunque mi corazón desfallece dentro de mí”

— Job 19:25-27

“¿Qué provecho hay en mi muerte cuando descienda a la sepultura?¿Te alabará el polvo? ¿Anunciará tu verdad?”

— Salmos 30:9

“Cercano está Jehová a los quebrantados de corazónY salva a los contritos de espíritu”

— Salmos 34:18

“Pero Dios redimirá mi vida del poder del SeolPorque él me tomará consigo. Selah”

— Salmos 49:15

“Me has guiado según tu consejoY después me recibirás en gloria”

— Salmos 73:24

“Porque tú, Señor, eres bueno perdonadorY grande en misericordia para con todos los que te invocan”

— Salmos 86:5

“Estimada es a los ojos de JehováLa muerte de sus santos”

— Salmos 116:15

“Los que sembraron con lágrimas, con regocijo segarán”

— Salmos 126:5

“Respóndeme pronto, oh Jehová, porque desmaya mi espírituNo escondas de mí tu rostroNo venga yo a ser semejante a los que descienden a la sepultura”

— Salmos 143:7

“Dijo: Oh Jehová, te ruego que te acuerdes ahora que he andado delante de ti en verdad con íntegro corazón, que he hecho lo que ha sido agradable delante de tus ojos. lloró Ezequías con gran lloro”

— Isaías 38:3

“Muchos de los que duermen en el polvo de la tierra serán despertados, unos para vida eterna, otros para vergüenza confusión perpetua”

— Daniel 12:2

“Se abrieron los sepulcros, muchos cuerpos de santos que habían dormido, se levantaron; saliendo de los sepulcros, después de la resurrección de él, vinieron a la santa ciudad, aparecieron a muchos”

— Mateo 27:52-53

“Dijo a Jesús: Acuérdate de mí cuando vengas en tu reino. Entonces Jesús le dijo: De cierto te digo que hoy estarás conmigo en el paraíso”

— Lucas 23:42-43

“Entonces, sacando a todos, Pedro se puso de rodillas oró; volviéndose al cuerpo, dijo: Tabita, levántate. ella abrió los ojos, al ver a Pedro, se incorporó”

— Hechos 9:40

“Entonces descendió Pablo se echó sobre él, abrazándole, dijo: No os alarméis, pues está vivo”

— Hechos 20:10

“Pero confiamos, más quisiéramos estar ausentes del cuerpo, presentes al Señor”

— 2 Corintios 5:8

“Porque de ambas cosas estoy puesto en estrecho, teniendo deseo de partir estar con Cristo, lo cual es muchísimo mejor”

— Filipenses 1:23

“Porque si creemos que Jesús murió resucitó, así también traerá Dios con Jesús a los que durmieron en él”

— 1 Tesalonicenses 4:14

“Tenga el Señor misericordia de la casa de Onesíforo, porque muchas veces me confortó, no se avergonzó de mis cadenas, sino que cuando estuvo en Roma, me buscó solícitamente me halló. Concédale el Señor que halle misericordia cerca del Señor en aquel día. cuánto nos ayudó en Éfeso, tú lo sabes mejor”

— 2 Timoteo 1:16-18

“A la congregación de los primogénitos que están inscritos en los cielos, a Dios el Juez de todos, a los espíritus de los justos hechos perfectos”

— Hebreos 12:23

“Después de esto miré, he aquí una gran multitud, la cual nadie podía contar, de todas naciones tribus pueblos lenguas, que estaban delante del trono en la presencia del Cordero, vestidos de ropas blancas, con palmas en las manos; clamaban a gran voz, diciendo: La salvación pertenece a nuestro Dios que está sentado en el trono, al Cordero”

— Apocalipsis 7:9-10

“Oí una voz que desde el cielo me decía: Escribe: Bienaventurados de aquí en adelante los muertos que mueren en el Señor. Sí, dice el Espíritu, descansarán de sus trabajos, porque sus obras con ellos siguen”

— Apocalipsis 14:13

“Vi a los muertos, grandes pequeños, de pie ante Dios; los libros fueron abiertos, otro libro fue abierto, el cual es el libro de la vida; fueron juzgados los muertos por las cosas que estaban escritas en los libros, según sus obras”

— Apocalipsis 20:12

“Enjugará Dios toda lágrima de los ojos de ellos; ya no habrá muerte, ni habrá más llanto, ni clamor, ni dolor; porque las primeras cosas pasaron”

— Apocalipsis 21:4

“Porque también Cristo padeció una sola vez por los pecados, el justo por los injustos, para llevarnos a Dios, siendo a la verdad muerto en la carne, pero vivificado en espíritu”

— 1 Pedro 3:18

“Porque por esto también ha sido predicado el evangelio a los muertos, para que sean juzgados en carne según los hombres, pero vivan en espíritu según Dios”

— 1 Pedro 4:6

“Nosotros sabemos que hemos pasado de muerte a vida, en que amamos a los hermanos. El que no ama a su hermano, permanece en muerte”

— 1 Juan 3:14

“Pero cuando el arcángel Miguel contendía con el diablo, disputando con él por el cuerpo de Moisés, no se atrevió a proferir juicio de maldición contra él, sino que dijo: El Señor te reprenda”

— Judas 1:9

“Cuando hubo tomado el libro, los cuatro seres vivientes los veinticuatro ancianos se postraron delante del Cordero; todos tenían arpas, copas de oro llenas de incienso, que son las oraciones de los santos”

— Apocalipsis 5:8

“Otro ángel vino entonces se paró ante el altar, con un incensario de oro; se le dio mucho incienso para añadirlo a las oraciones de todos los santos, sobre el altar de oro que estaba delante del trono. de la mano del ángel subió a la presencia de Dios el humo del incienso con las oraciones de los santos”

— Apocalipsis 8:3-4

“Cuando abrió el quinto sello, vi bajo el altar las almas de los que habían sido muertos por causa de la palabra de Dios por el testimonio que tenían. clamaban a gran voz, diciendo: ¿Hasta cuándo, Señor, santo verdadero, no juzgas vengas nuestra sangre en los que moran en la tierra?”

— Apocalipsis 6:9-10

“Después de esto oí una gran voz de gran multitud en el cielo, que decía: ¡Aleluya! Salvación honra gloria poder son del Señor Dios nuestro”

— Apocalipsis 19:1

“Entonces uno de los ancianos habló, diciéndome: Estos que están vestidos de ropas blancas, ¿quiénes son, de dónde han venido? Yo le dije: Señor, tú lo sabes. él me dijo: Estos son los que han salido de la gran tribulación, han lavado sus ropas, las han emblanquecido en la sangre del Cordero. Por esto están delante del trono de Dios, le sirven día noche en su templo; el que está sentado sobre el trono extenderá su tabernáculo sobre ellos. Ya no tendrán hambre ni sed, el sol no caerá más sobre ellos, ni calor alguno; porque el Cordero que está en medio del trono los pastoreará, los guiará a fuentes de aguas de vida; Dios enjugará toda lágrima de los ojos de ellos”

— Apocalipsis 7:13-17

“Enjugará Dios toda lágrima de los ojos de ellos; ya no habrá muerte, ni habrá más llanto, ni clamor, ni dolor; porque las primeras cosas pasaron”

— Apocalipsis 21:4