“Seis cosas aborrece Jehováaun siete abomina su almaLos ojos altivos, la lengua mentirosaLas manos derramadoras de sangre inocenteEl corazón que maquina pensamientos inicuosLos pies presurosos para correr al malEl testigo falso que habla mentirasY el que siembra discordia entre hermanos”
— Proverbios 6:16-19
“Porque no me afrentó un enemigoLo cual habría soportadoNi se alzó contra mí el que me aborrecíaPorque me hubiera ocultado de élSino tú, hombre, al parecer íntimo míoMi guía, mi familiarQue juntos comunicábamos dulcemente los secretosY ábamos en amistad en la casa de Dios”
— Salmos 55:12-14
“Martillo cuchillo saeta agudaEs el hombre que habla contra su prójimo falso testimonio”
— Proverbios 25:18
“Aun el hombre de mi paz, en quien yo confiaba, el que de mi pan comíaAlzó contra mí el calcañar”
— Salmos 41:9
“El que le entregaba les había dado señal, diciendo: Al que yo besare, ese es; prendedle. en seguida se acercó a Jesús dijo: ¡Salve, Maestro! le besó. Jesús le dijo: Amigo, ¿a qué vienes? Entonces se acercaron echaron mano a Jesús, le prendieron”
— Mateo 26:48-50
“Judas hermano de Jacobo, Judas Iscariote, que llegó a ser el traidor”
— Lucas 6:16
“Extendió el inicuo sus manos contra los que estaban en paz con élVioló su pactoLos dichos de su boca son más blandos que mantequillaPero guerra hay en su corazónSuaviza sus palabras más que el aceiteMas ellas son espadas desnudas”
— Salmos 55:20-21
“El hombre que lisonjea a su prójimoRed tiende delante de sus pasos”
— Proverbios 29:5
“Mas los malos hombres los engañadores irán de mal en peor, engañando siendo engañados”
— 2 Timoteo 3:13
“Los labios mentirosos son abominación a JehováPero los que hacen verdad son su contentamiento”
— Proverbios 12:22
“Habiendo dicho Jesús esto, se conmovió en espíritu, declaró dijo: De cierto, de cierto os digo, que uno de vosotros me va a entregar. Entonces los discípulos se miraban unos a otros, dudando de quién hablaba. uno de sus discípulos, al cual Jesús amaba, estaba recostado al lado de Jesús. A este, pues, hizo señas Simón Pedro, para que preguntase quién era aquel de quien hablaba. Él entonces, recostado cerca del pecho de Jesús, le dijo: Señor, ¿quién es? Respondió Jesús: A quien yo diere el pan mojado, aquel es. mojando el pan, lo dio a Judas Iscariote hijo de Simón. después del bocado, Satanás entró en él. Entonces Jesús le dijo: Lo que vas a hacer, hazlo más pronto”
— Juan 13:21-27
“Manifiestas son las obras de la carne, que son: adulterio, fornicación, inmundicia, lascivia, idolatría, hechicerías, enemistades, pleitos, celos, iras, contiendas, disensiones, herejías, envidias, homicidios, borracheras, orgías, cosas semejantes a estas; acerca de las cuales os amonesto, como ya os lo he dicho antes, que los que practican tales cosas no heredarán el reino de Dios”
— Gálatas 5:19-21
“Porque hay aún muchos contumaces, habladores de vanidades engañadores, mayormente los de la circuncisión, a los cuales es preciso tapar la boca; que trastornan casas enteras, enseñando por ganancia deshonesta lo que no conviene”
— Tito 1:10-11
“Más bien os escribí que no os juntéis con ninguno que, llamándose hermano, fuere fornicario, o avaro, o idólatra, o maldiciente, o borracho, o ladrón; con el tal ni aun comáis”
— 1 Corintios 5:11
“Pues me temo que cuando llegue, no os halle tales como quiero, yo sea hallado de vosotros cual no queréis; que haya entre vosotros contiendas, envidias, iras, divisiones, maledicencias, murmuraciones, soberbias, desórdenes”
— 2 Corintios 12:20
“Mas os ruego, hermanos, que os fijéis en los que causan divisiones tropiezos en contra de la doctrina que vosotros habéis aprendido, que os apartéis de ellos. Porque tales personas no sirven a nuestro Señor Jesucristo, sino a sus propios vientres, con suaves palabras lisonjas engañan los corazones de los ingenuos”
— Romanos 16:17-18
“Quítense de vosotros toda amargura, enojo, ira, gritería maledicencia, toda malicia”
— Efesios 4:31
“Hermanos, no murmuréis los unos de los otros. El que murmura del hermano juzga a su hermano, murmura de la ley juzga a la ley; pero si tú juzgas a la ley, no eres hacedor de la ley, sino juez”
— Santiago 4:11
“Desechando, pues, toda malicia, todo engaño, hipocresía, envidias, todas las detracciones”
— 1 Pedro 2:1
“No pondré delante de mis ojos cosa injustaAborrezco la obra de los que se desvíanNinguno de ellos se acercará a mí”
— Salmos 101:3
“El que encubre el odio es de labios mentirososY el que propaga calumnia es necio”
— Proverbios 10:18
“No erréis; las malas conversaciones corrompen las buenas costumbres”
— 1 Corintios 15:33
“Por lo cual, desechando la mentira, hablad verdad cada uno con su prójimo; porque somos miembros los unos de los otros”
— Efesios 4:25
“No mintáis los unos a los otros, habiéndoos despojado del viejo hombre con sus hechos”
— Colosenses 3:9
“Que los tengáis en mucha estima amor por causa de su obra. Tened paz entre vosotros”
— 1 Tesalonicenses 5:13
“Si alguno no obedece a lo que decimos por medio de esta carta, a ese señaladlo, no os juntéis con él, para que se avergüence”
— 2 Tesalonicenses 3:14
“No como Caín, que era del maligno mató a su hermano. ¿por qué causa le mató? Porque sus obras eran malas, las de su hermano justas”
— 1 Juan 3:12
“El hombre perverso levanta contiendaY el chismoso aparta a los mejores amigos”
— Proverbios 16:28
“No creáis en amigo, ni confiéis en príncipe; de la que duerme a tu lado cuídate, no abras tu boca. Porque el hijo deshonra al padre, la hija se levanta contra la madre, la nuera contra su suegra, los enemigos del hombre son los de su casa”
— Miqueas 7:5-6
“Péseme Dios en balanzas de justiciaY conocerá mi integridad”
— Job 31:6
“Mirad por vosotros mismos. Si tu hermano pecare contra ti, repréndele; si se arrepintiere, perdónale. si siete veces al día pecare contra ti, siete veces al día volviere a ti, diciendo: Me arrepiento; perdónale”
— Lucas 17:3-4
“Por tanto, si tu hermano peca contra ti, ve repréndele estando tú él solos; si te oyere, has ganado a tu hermano. Mas si no te oyere, toma aún contigo a uno o dos, para que en boca de dos o tres testigos conste toda palabra. Si no los oyere a ellos, dilo a la iglesia; si no oyere a la iglesia, tenle por gentil publicano”
— Mateo 18:15-17
“Estando atestados de toda injusticia, fornicación, perversidad, avaricia, maldad; llenos de envidia, homicidios, contiendas, engaños malignidades; murmuradores, detractores, aborrecedores de Dios, injuriosos, soberbios, altivos, inventores de males, desobedientes a los padres”
— Romanos 1:29-30
“Su palabra carcomerá como gangrena; de los cuales son Himeneo Fileto”
— 2 Timoteo 2:17
“Al hombre que cause divisiones, después de una otra amonestación deséchalo”
— Tito 3:10
“Sed sobrios, velad; porque vuestro adversario el diablo, como león rugiente, anda alrededor buscando a quien devorar; al cual resistid firmes en la fe, sabiendo que los mismos padecimientos se van cumpliendo en vuestros hermanos en todo el mundo”
— 1 Pedro 5:8-9
“Maquina el impío contra el justoY cruje contra él sus dientesEl Señor se reirá de élPorque ve que viene su día”
— Salmos 37:12-13
“No seas sin causa testigo contra tu prójimoY no lisonjees con tus labios”
— Proverbios 24:28
“Guárdese cada uno de su compañero, en ningún hermano tenga confianza; porque todo hermano engaña con falacia, todo compañero anda calumniando. cada uno engaña a su compañero, ninguno habla verdad; acostumbraron su lengua a hablar mentira, se ocupan de actuar perversamente”
— Jeremías 9:4-5
“Dijo David a Saúl: ¿Por qué oyes las palabras de los que dicen: Mira que David procura tu mal?”
— 1 Samuel 24:9
“El malo está atento al labio inicuoY el mentiroso escucha la lengua detractora”
— Proverbios 17:4
“Porque boca de impío boca de engañador se han abierto contra míHan hablado de mí con lengua mentirosa”
— Salmos 109:2
“Guardaos de los falsos profetas, que vienen a vosotros con vestidos de ovejas, pero por dentro son lobos rapaces”
— Mateo 7:15
“Esta es la tercera vez que voy a vosotros. Por boca de dos o de tres testigos se decidirá todo asunto”
— 2 Corintios 13:1
“Disputas necias de hombres corruptos de entendimiento privados de la verdad, que toman la piedad como fuente de ganancia; apártate de los tales”
— 1 Timoteo 6:5